La presa de Kajovka habría sido destruida desde dentro

La presa de Kajovka estaba diseñada para resistir cualquier ataque externo, aseguran los ingenieros. De hecho, la infraestructura ya había sufrido graves daños en octubre, en mitad de la ofensiva ucraniana que consiguió recuperar el control de Nueva Kajovka, la localidad situada a medio camino entre la central nuclear de Zaporiyia y la ocupada Jersón donde se levanta este embalse con capacidad para 18.000 millones de metros cúbicos de agua. Sin embargo, en el interior estaba su talón de Aquiles.

La base de la presa, construida en época soviética, es un enorme bloque de hormigón, que está atravesado por un pequeño pasadizo al que se puede acceder desde la sala de máquinas de la presa, de acuerdo con los planos. Los primeros indicios apuntan a que la carga explosiva que reventó la presa fue colocada en esta zona. Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de haber provocado la voladura de la instalación, pero todavía no hay un culpable claro del incidente que provocó enormes inundaciones a orillas del río Dnipró.

Entre las 2.35 y a las 2.54 horas del 6 de junio, el día en que la presa quedó inutilizada, los sensores sísmicos de Ucrania y Rumania detectaron los signos reveladores de grandes explosiones. Antes de que la presa cediera, los satélites de inteligencia estadounidenses captaron señales infrarrojas de calor que también indicaban que se estaba produciendo una explosión. Las imágenes sugieren que la fuerza del agua desgarró cada vez más la presa después de la rotura de su primera sección.

Dadas las detecciones sísmicas y por satélite de explosiones en la zona, la causa más probable del colapso es la colocación de una carga explosiva en el corredor de mantenimiento, o galería, que atraviesa el corazón de hormigón de la estructura, según fuentes consultadas por The New York Times. Esta teoría, que parece ganar fuerza en las últimas horas, colocaría a Rusia como el principal responsable de la voladura. Sus fuerzas controlan la presa y, por lo tanto, serían las únicas con capacidad de acceso.

Los analistas sostienen que la rotura de la presa tendría como objetivo frenar la contraofensiva de Ucrania, que pretende recuperar el control de las cuatro regiones bajo ocupación militar rusa, además de impedir cualquier intento de cortar el puente terrestre que conecta la península de Crimea con el continente y, en última instancia, con Rusia. No obstante, su inutilización significa también que ya no fluye agua por un importante canal desde el embalse de Kajovka hasta Crimea, dejando a la península dependiente del agua bombeada a través del puente de Kerch desde Rusia.

La destrucción podría afectar al suministro de agua de la central nuclear de Zaporiyia, que depende del embalse para refrigerar sus reactores, de acuerdo con la versión de los expertos del sector. En cualquier caso, decenas de miles de personas se han visto obligadas a desplazarse por las inundaciones. Un desastre que pone en peligro el suministro mundial de alimentos y que amenaza los ecosistemas.