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Boris Johnson dinamita el diálogo con la UE

Downing Street ve “esencialmente improbable” cerrar un acuerdo de salida con Bruselas antes del 31 de octubre. Londres irrita a sus socios europeos al filtrar que Merkel habría pedido que el Ulster permanezca en la unión aduanera

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Downing Street ve “esencialmente improbable” cerrar un acuerdo de salida con Bruselas antes del 31 de octubre. Londres irrita a sus socios europeos al filtrar que Merkel habría pedido que el Ulster permanezca en la unión aduanera

No es ningún secreto que el clima de las negociaciones del Brexit -ya de por sí bastante tocado ante los continuos estancamientos- ha empeorado desde que Boris Johnson se mudara en julio a Downing Street. Los mensajes con doble intención y la controvertida estrategia del líder tory de querer mostrarse siempre como la víctima, el único que quiere ejecutar la voluntad del pueblo, nunca han gustado al otro lado del Canal de la Mancha. Pero ayer se traspasó el límite. El Gobierno británico señaló que cerrar un acuerdo de retirada era “esencialmente imposible” tras revelar el contenido de la conversación telefónica mantenida entre el primer ministro y la canciller alemana, Angela Merkel, quien supuestamente habría exigido que Irlanda del Norte se quedara dentro de la unión aduanera.

Ya no sólo llamó la atención el hecho de que se diera a conocer el contenido de una conversación confidencial, rompiendo así los mínimos estándares de confianza mutua. Sino la manera en la que se difundió el mensaje, completamente confusa, marca ya de la casa. No hubo comunicado, ni tampoco comentarios del portavoz oficial del primer ministro.

En su lugar, una fuente anónima habló con algunos medios locales atribuyendo a Merkel frases difíciles de creer. “Dijo que si Alemania quisiera salir de la UE podría hacerlo sin problema, pero que el Reino Unido no puede abandonar sin dejar a Irlanda del Norte detrás en una unión aduanera y con una alineación completa para siempre”, manifestó dicha fuente. “Si esto representa una nueva posición establecida, entonces significa que un acuerdo es esencialmente imposible no solo ahora pero siempre. También deja claro que están listos para torpedear el Acuerdo del Viernes Santo”, concluyó. Berlín se limitó a decir que no comentaba conversaciones privadas.

En Bruselas nadie creyó que Merkel hubiera utilizado ese lenguaje aunque sí estaban preparados para que Londres culpara a la UE de cualquier falta de avances. Esta es al fin y al cabo la estrategia que se sigue en Downing Street desde que la semana pasada Johnson presentara finalmente su propuesta para evitar una frontera dura en Irlanda, el que siempre ha sido el principal escollo en las negociaciones.

El premier plantea dejar a la provincia británica de Irlanda del Norte en el mercado único, pero quiere sacar a todo el Reino Unido de la unión aduanera, un escenario que los Veintisiete, aún no han descartado oficialmente, pero sobre el que han mostrado desde el principio sus dudas, ya que no se evitan los controles. Aunque al cierre de esta edición las conversaciones no estaban oficialmente rotas, se antoja bastante improbable que se cierre algún pacto para la cumbre europea clave del 17-18 de octubre. Es más, hay rumores de que incluso Johnson no va siquiera a molestarse en acudir a la cita.

Una ley obliga ahora al Gobierno a pedir prórroga si no hay acuerdo para el 19 de octubre. El líder tory asegura que cumplirá la normativa, pero al mismo tiempo, el Número 10 recalca que no hay nada que les impida buscar alternativas para que, en la práctica, no se materialice esta extensión.

En los últimos días, los medios vienen hablando de los supuesto planes de premiar con futuros acuerdos bilaterales a los países que se nieguen a aceptar una nueva ampliación de plazos, algo que la UE debe acordar por unanimidad.

Por otra parte, también se pone en duda la cooperación en materia de seguridad, incluido con Irlanda, especialmente sensible por el resurgimiento del IRA o la posibilidad de si finalmente el Reino Unido se ve obligado a quedarse en el bloque por más tiempo, Londres intente sabotear a la UE desde dentro.

Desde el Partido Laborista -principal grupo opositor- consideraran que todos son “intentos cínicos de sabotear las negociaciones”. Según afirmó en un tuit el portavoz de la oposición para el Brexit, Keir Starmer, el primer ministro “jamás asumirá ninguna responsabilidad por su propio fracaso para sacar adelante un acuerdo creíble”. “Ahora es más importante que nunca que el Parlamento se una, a fin de evitar que este gobierno temerario nos saque de la UE a finales de mes”, apuntó el político.

La oposición en bloque, junto los tories rebeldes pro UE, están en conversaciones para evitar a toda costa que el Reino Unido abandone el bloque el 31 de octubre sin pacto. Pero no consiguen consensuar quien debería ser el primer ministro interino si finalmente abogan por presentar moción de confianza para derribar al actual Ejecutivo.