Londres
Cameron viaja a Escocia para atraer a sus empresarios
Visita sorpresa del primer ministro para advertir de los peligros de la independencia
David Cameron reapareció ayer en Escocia tras sus vacaciones. Su presencia en Glasgow pilló a muchos por sorpresa. Los «tories» no gozan exactamente de popularidad al norte de la frontera desde los tiempos de Thatcher. De hecho, tan sólo hay un diputado conservador en los 59 asientos escoceses en Westminster. Es por eso por lo que el «premier» se ha querido mantener al margen del debate ante el referéndum. Sus asesores le sugirieron que era mejor que el electorado no le identificara con la campaña Mejor Juntos. Pero a tan sólo tres semanas para el histórico plebiscito, el primer ministro quiso recalcar la importancia que tiene la unión durante la cena anual que organiza la Confederación de la Industria Británica.
El escenario no pudo escogerse mejor. Son precisamente los empresarios los que esta semana han protagonizado el debate. Si el miércoles 133 directivos publicaron una carta abierta para advertir de los riesgos de la secesión, ayer más de 200 firmaban otra misiva abogando por la separación. A pesar de que el apoyo a la independencia ha subido en los sondeos, la unión sigue sacando una ventaja de 14 puntos. En este sentido, Cameron subrayó que «Escocia hace negocios dos veces más con el resto de Reino Unido que con el resto del mundo junto. El comercio nos ayuda a respaldar a un millón de empleos escoceses». «Reino Unido es uno de los mercados únicos del mundo más antiguos y más prósperos», añadió. Según el «premier», para algunas industrias, la proporción de comercio con el resto de Reino Unido es incluso más alta, pues el 90% de los clientes de servicios financieros en Escocia están en Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte. El líder «tory» matizó que, como parte de Reino Unido, Escocia tiene acceso a un «amplio comercio doméstico, apuntalado por una divisa común, impuestos comunes, normativas comunes y regulaciones sin fronteras, sin costes de transacción, sin restricciones en el flujo de bienes, inversiones o personas».
Por su parte, desde Dumfries la ministra del Interior, Theresa May, también quiso advertir de los riesgos de la separación y adelantó que una Escocia independiente debería fundar sus propias agencias de inteligencia para hacer frente a amenazas como el terrorismo. Reino Unido invierte 33.000 millones de libras en defensa al año (40.920 millones de euros), de los cuales cerca de 2.000 millones de libras (2.480 millones de euros) se destinan a inteligencia y programas contra el cibercrimen, explicó May. «Una Escocia independiente no podría compartir esas agencias, sino que debería construir su propia infraestructura y pagar la factura», señaló. «Todos los países afrontan amenazas complejas para su seguridad nacional que provienen de frentes muy diversos. Las agencias de seguridad e inteligencia británicas nos ayudan a protegernos de esas amenazas», afirmó.
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