Oriente Medio
La “capitulación” de los hutíes ahonda en la derrota del ‘eje de la resistencia’ iraní
Esta rendición se suma a la suspensión de las conversaciones sobre el programa nuclear con EE UU
La inesperada «capitulación» –término elegido por el presidente estadounidense, Donald Trump– de una de las más sólidas estructuras militares y políticas de Irán en Oriente Medio, los conocidos como hutíes, tras más de un año y medio de ataques dirigidos desde Yemen contra intereses occidentales en la región –cuyo objetivo principal fueron buques comerciales que transitan por aguas del mar Rojo y el golfo de Adén– ahonda en la derrota del «eje de la resistencia» tutelado por Teherán.
Acorralado Hamás –y con una invasión y ocupación de Gaza en ciernes–, muy debilitado Hizbulá en Líbano y desintegrada la dictadura de Bachar al Asad en Siria, el ocaso de la otrora temible red de fuerzas afines –llamadas a desplegarse en toda su potencia en solidaridad con los palestinos en la batalla contra Tel Aviv tras la infiltración asesina de las brigadas Al Qassam en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023– es hoy el reflejo de la derrota de la estrategia regional de la República Islámica.
Aunque la Administración Trump decidió a mediados de marzo elevar su ofensiva el movimiento rebelde chií –que controla gran parte del territorio de Yemen, incluida Saná, su capital, desde 2014–, han sido las dos últimas semanas, en las que las fuerzas estadounidenses –que aseguran haber golpeado más de un millar de objetivos– estuvieron acompañadas en su campaña aérea por las británicas e israelíes.
Fue precisamente el impacto de un misil balístico lanzado desde territorio yemení contra el aeropuerto internacional Ben Gurion –por pocos metros no alcanzó la terminal en el primer ataque contra el área metropolitana de Tel Aviv en más de año y medio– el principio del fin de la «resistencia hutí», que ha provocado un severo castigo al comercio marítimo mundial desde el otoño de 2023.
La serie de bombardeos llevada a cabo por la aviación israelí, que dejó inutilizado el aeropuerto internacional de Saná. forzaba definitivamente horas después a los rebeldes a renunciar a seguir atacando intereses de EE UU e Israel.Hace una semana, el movimiento accedía a sumarse al alto el fuego anunciado la víspera por Trump, que dijo haber llegado a un acuerdo con los insurgentes a cambio de que estos detengan sus ataques en el mar Rojo. El portavoz de los hutíes, Mohamed Abdelsalam, aseguró que si Washington «cumple su parte» del pacto, se abstendrán de atacar objetivos estadounidenses en la zona. «Estados Unidos ha interferido en este conflicto apoyando a Israel cuando este ataca Yemen, así que si dejan de lado su agresión, nosotros dejaremos de responder», afirmó el citado portavoz en declaraciones recogidas por la cadena de televisión yemení Al Masira.
Con todo, el portazo del movimiento insurgente chií mantuvo el tono desafiante al afirmar que «si Estados Unidos no cumple el acuerdo en forma alguna, la respuesta será fatal». Otro responsable del movimiento hutí aseveró a la cadena Al Yazira que el alto el fuego «sirve a la causa palestina y supone una vergüenza para Israel». No en vano, la misma fuente de los insurgentes yemeníes aseveró que continuarán «atacando barcos israelíes hasta que la ayuda sea entregada a Gaza». «Nuestra respuesta ante las acciones de Israel llegará de forma inevitable», zanjaba el portavoz rebelde. No en vano, fuentes militares israelíes anunciaron la neutralización de un dron desde dirección este.
El cese de las hostilidades alcanzado entre Estados Unidos y los insurgentes yemeníes deja a Irán en una posición más débil cuando podría abrirse otra ronda de conversaciones nucleares el sábado en Roma. En el último mes, Irán y Estados Unidos han celebrado tres encuentros en formato indirecto con el objeto de llegar a un acuerdo. Aunque se daba por hecho la siguiente cita, Irán mostró ayer sus dudas: «Aún no se ha tomado una decisión definitiva sobre la próxima ronda de negociaciones y la República Islámica de Irán está estudiando el tema, teniendo en cuenta las posiciones contradictorias y el constante cambio de posiciones de la parte estadounidense», dijo a la agencia IRNA el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Ismail Baghaei, según Efe. Washington quiere garantías de Teherán de que su programa nuclear se limitará a objetivos civiles, y que no continuará con el programa de misiles balísticos, y la República Islámica necesita el alivio inmediato de las sanciones occidentales en un momento de zozobra económica, así como las garantías de que no habrá ataques futuros.