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Los rebeldes dinamitan la tregua siria

El Ejército Libre Sirio se niega a aceptar el alto el fuego pactado por EE UU y Moscú, mientras el régimen aprovecha la víspera de su entrada en vigor para intensificar sus ataques

Varios de los ataques del régimen, ayer, en la ciudad rebelde de Jubata, al norte de Quneitra, en Siria
Varios de los ataques del régimen, ayer, en la ciudad rebelde de Jubata, al norte de Quneitra, en Sirialarazon

El Ejército Libre Sirio se niega a aceptar el alto el fuego pactado por EE UU y Moscú, mientras el régimen aprovecha la víspera de su entrada en vigor para intensificar sus ataques

Con cerca de cien muertos este fin de semana y el aumento de bombardeos horas antes de que entrara en vigor esta madrugada el acuerdo de tregua, el ambiente que se respira en Siria no es precisamente de paz. Una vez más, los esfuerzos diplomáticos podrían quedar en agua de borrajas si no hay disposición por parte de los actores armados en el conflicto sirio. El moderado Ejército libre de Siria (ELS) y la principal agrupación política opositora, Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), siguen manteniendo su reticencia respecto al alto el fuego. El líder del ELS, el general Ahmed Jaled Birri, declaró ayer que su grupo no acepta el acuerdo de alto el fuego en Siria pactado por Estados Unidos y Rusia, por lo que no lo respetará. «Ni estamos de acuerdo con el pacto ni lo cumpliremos», afirmó Birri antes de aclarar que no pueden aceptar un pacto «mientras que las fuerzas invasoras de Rusia, Irán y Hizbulá permanezcan en Siria, porque va en contra de la revolución».

Horas más tarde, después de una larga reunión entre los representantes de los diferentes grupos rebeldes que forman el CNS en Riad, un portavoz de esta agrupación manifestó que aún no ha adoptado una resolución respecto a la tregua. «Seguimos esperando a que nos expliquen los detalles del pacto, por lo que aún no hemos podido decidir si lo aceptamos o no», apuntó Monzer Majús. Para añadir más confusión, el Movimiento Islámico de los Libres de Sham, que forma parte del CNS, señaló en Twitter que las facciones rebeldes sirias han reaccionado de forma «constructiva» al acuerdo de un alto el fuego pero quieren más aclaraciones sobre el mismo antes de comprometerse. De momento han abierto un «periodo de consultas» entre los insurgentes para ofrecer una respuesta unánime, que por el momento parece imposible de implementar.

Labib al Nahhas, responsable de Relaciones Políticas Externas del grupo opositor, subrayó que los grupos insurgentes «reaccionarán positivamente a cualquier plan creíble que reduzca el sufrimiento de los civiles y acabe con los bombardeos y los asedios».

Frente a las continuas divisiones entre las facciones opositoras sobre si aceptar o no el pacto alcanzado por EE UU y Rusia este sábado, el régimen y su aliado ruso siguen fortaleciéndose. De hecho, uno de los principales temores de Washington es que esta tregua de siete días no sirva sino para reforzar el papel de Bachar al Asad y sus aliados en la enquistada guerra siria. Ayer, el líder del régimen sirio recibió «la bendición» de sus también socios iraníes. «La República Islámica de Irán da la bienvenida a un alto el fuego en Siria y a la facilitación del acceso de toda la gente del país a la ayuda humanitaria», afirmó el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Bahram Qasemi. «Teniendo en cuenta la experiencia de los meses pasados, el alto el fuego debería ser sostenible y tener garantías de implementación, y no debería ser explotado como una oportunidad para reforzar y entregar armas y tropas a los grupos terroristas», indicó el diplomático iraní.

Lo que sí hicieron ayer tanto el régimen como Rusia fue aprovechar el último aliento antes de que entre en vigor la ansiada tregua para atacar a los rebeldes en diferentes puntos del país. Aviones de guerra bombardearon ayer varias zonas de las afueras de Damasco y del norte de Siria. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos apuntó que uno de los ataques tuvo como blanco un centro de la Defensa Civil siria, que ejerce labores de rescate en las áreas fuera del control gubernamental, en el pueblo de Saraqeb, en la provincia septentrional de Idlib. Ese bombardeo causó un número indeterminado de heridos y daños materiales en el centro.

Asimismo, helicópteros del régimen sirio arrojaron barriles de explosivos contra el área de Al Yandul, en el norte de la provincia norteña de Alepo, donde no se han registrado víctimas. El Observatorio agregó que tanques gubernamentales abrieron fuego contra el pueblo de Al Ziara, en el sur de Alepo, sin causar bajas.

Un ataque similar se produjo en la localidad de Al Shifunía, en la región de Guta Oriental, el principal bastión opositor de las afueras de Damasco. También hubo bombardeos en las poblaciones de Al Zabadani y Kafr Hur, al oeste de la capital siria, y en la zona de Kibana, en el norte de la provincia costera de Latakia, donde se registraron combates entre los efectivos del régimen y brigadas islámicas.

Estos nuevos bombardeos se producen después de que el sábado más de 60 personas perdieran la vida en un ataque aéreo en el mercado de la ciudad de Idlib, y otras 32 en la provincia de Alepo. El no descenso de la violencia en la víspera del cese de hostilidades y la indecisión entre las facciones rebeldes sobre el acuerdo podrían retrasar la entrada en vigor de la tregua, prevista en la madrugada de hoy.

El antiguo aliado de Al Qaeda en Siria enquista las negociaciones

«No aceptamos una división de las fuerzas revolucionarias, entre las que se encuentra el Frente de la Conquista del Levante, que lucha contra las bandas del régimen y no amenaza a nadie fuera de Siria, otra cosa es el Estado Islámico», aseguró ayer un general del ELS. Aunque el Frente de la Conquista del Levante (el antiguo Frente al Nusra) está considerado una organización yihadista tanto para EE UU y Rusia, como para el régimen sirio, para los rebeldes sirios la ex filial de Al Qaeda es una facción armada siria que se ha unido a ellos en su lucha contra las fuerzas gubernamentales. Por ese motivo, el ELS no acepta el acuerdo para un cese de las hostilidades porque el Frente de la Conquista del Levante está excluido de la tregua y es objetivo de bombardeos tanto de la coalición internacional como de Rusia.