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Más de 20 aerolíneas dejan en tierra sus Boeing 737 MAX 8 tras el accidente de Etiopía

Aumentan las dudas sobre su seguridad tras el accidente de Ethiopian Airlines, segundo en cinco meses

Un Boeing 737-800 de la compañía Norwegian
Un Boeing 737-800 de la compañía Norwegianlarazon

Aumentan las dudas sobre su seguridad tras el accidente de Ethiopian Airlines, segundo en cinco meses.

La compañía Ethiopian Airlines anunció ayer que los equipos de rescate han recuperado la caja negra del avión que se estrelló el domingo pocos minutos después de despegar de Adís Abeba con rumbo a Nairobi y que causó la muerte de las 157 personas que se encontraban a bordo, entre ellas dos españoles. Se espera que tanto el registro de voz de cabina como el digital de datos del vuelo, que forman la llamada caja negra, puedan aclarar las causas del siniestro, aunque un oficial de la aerolínea, sin embargo, apuntó a la agencia Ap que uno de los registros se encuentra parcialmente dañado, lo que podría dificultar la extracción de datos.

En la rueda de prensa posterior al incidente, el consejero delegado de Ethiopian Airlines, Tewolde Gebre, señaló que el piloto había alertado a la torre de control que tenía dificultades y que quería regresar, pero después de recibir la autorización el vuelo desapareció del radar, tan solo tres minutos después de despegar. La web de rastreo de vuelos Flightradar24, por su parte, apuntó que los datos del avión muestran que su velocidad vertical tras alzar el vuelo era inestable, y que después de despegar, bajó unos 450 metros para luego volver a subir rápidamente otros 900, instante en el que se perdió la señal. En este sentido, varios testigos corroboran que el avión inicialmente descendió para luego intentar recuperar altura y acabar estrellándose en un descampado a unos 60 kilómetros de la capital del país.

Las circunstancias en las que se produjo el accidente fueron parecidas a las del siniestro de otro Boeing 737 MAX 8 de la compañía indonesia Lion Air sucedido a finales del pasado mes de octubre. En aquella ocasión, el avión también se estrelló pocos minutos después de despegar de Yakarta, y el registro de la caja negra indicó que la causa de la fatalidad habrían sido fallos en el sistema automático de la aeronave.

El hecho de que el mismo modelo de avión haya sufrido dos accidentes de características similares en cinco meses ha hecho saltar las alarmas sobre su seguridad, «aunque no tiene por qué haber sido por la misma causa», dice un asesor de Aeropress a LA RAZÓN. «Coinciden en que se han producido en la fase de despegue y ascenso, donde las maniobras son más difíciles de controlar», añade. Pero el hecho es que una veintena de aerolíneas anunciaron ayer que paralizaban sus flotas de Boeing 737 MAX 8, y se espera que sean muchas más a lo largo de los próximos días.

Una de las primeras en hacerlo fue la propia Ethiopian Airlines, que a pesar de haber informado el domingo que continuarían operando normalmente. Indonesia también anunció que interrumpe de forma temporal el modelo en cuestión para llevar a cabo una inspección, al igual que hicieron Suráfrica o las Caimán. China, a su vez, dejó en tierra más de 90 aeronaves, asegurando que notificaría a sus compañías cuándo podrán volver a operar. Justificó su decisión en que los accidentes de Etiopía e Indonesia tienen «similitudes» y que en ambos casos los aviones estrellados habían sido entregados poco antes. Aunque menos drástica que los anteriores, India también informó de que está llevando a cabo una revisión de la seguridad del modelo.