Política

Secuestro de periodistas

Concesiones de los captores: fútbol y cartas a sus allegados

La Razón
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Capturados por el Frente Al Nusra, la filial de Al Qaeda en Siria, los tres periodistas españoles han pasado buena parte de su cautiverio varias casaS en Alepo, ciudad en la que antes de su secuestro se disponían a hacer un reportaje, aunque también les han ido moviendo por otras zonas del país, según informaron a Europa Press fuentes que han seguido de cerca el caso.

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) les ha tenido localizados y exigió a sus secuestradores que les ofreciese lo que se denomina «pruebas de vida», es decir, garantías de que los rehenes estaban vivos cuando los servicios secretos no podían comprobar este extremo directamente. Estas «pruebas de vida» han consistido en preguntas formuladas por los amigos o familiares de los periodistas cuya respuesta solo podían contestar correctamente los rehenes.

Otras veces, la prueba de vida ha sido un vídeo en el que los rehenes decían su nombre y la fecha del día en que se grabó el vídeo. Por lo general, presentaban un aspecto limpio y saludable, si acaso alguno de ellos más delgado. Durante el secuestro, los tres reporteros han recibido un trato razonable por sus captores, que incluso les han permitido ver el fútbol por televisión e intercambiar cartas con sus allegados.

Los tres españoles compartieron parte de su cautiverio con una mujer alemana embarazada y con otro periodista japonés, Jumpei Yasuda, capturado en torno a las mismas fechas que los españoles, y que en marzo pasado aparecía en un vídeo reclamando ayuda a su Gobierno.