Oriente Medio

EE UU veta la entrada de Palestina en la ONU como miembro de pleno derecho

La resolución cosecha doce votos favorables y dos abstenciones (Reino Unido y Suiza) en el Consejo de Seguridad

Este jueves el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunía para debatir la admisión de Palestina como Estado de pleno derecho en la ONU. El país es desde el año 2012 un Estado observador de facto. No es miembro, pero puede participar de manera permanente como observador en las sesiones y trabajos que realiza la Asamblea General, la misma que le dio el estatus del que hoy disfruta dentro del organismo (aquí, a diferencia del Consejo de Seguridad, ningún país tiene derecho a veto). Para que su membresía siga adelante debe ser aprobada por el Consejo de Seguridad y además contar con el apoyo de al menos dos tercios de la Asamblea General.

Estados Unidos vetó finalmente la resolución, que había sido presentada por Argelia en nombre del Grupo Árabe de Naciones Unidas, y cosechó 12 votos favorables, frente a 2 abstenciones (Reino Unido y Suiza) y el voto en contra de Estados Unidos, lo que subrayó el aislamiento de Estados Unidos frente a la mayoría de la comunidad internacional. Incluso los países que se habían mostrado ambiguos durante los discursos previos (como Francia, Japón, Corea y Ecuador) se sumaron finalmente a la petición palestina.

Al haber superado los nueve votos necesarios para su aprobación, sólo quedaba el veto para frenar la resolución, y ya Estados Unidos había dicho que ejercería esa prerrogativa en favor de su aliado, Israel, que se opone tajantemente a un Estado palestino.

Si bien es cierto que la negativa de Washington podía haber impedido inmediatamente esta admisión, porque al ser miembro permanente tiene derecho a veto, dicha decisión provocaría críticas a nivel internacional e incluso dentro del propio Partido Demócrata de Biden, por eso el presidente de EE UU espera no tener que verse en esa situación y que la decisión no siga adelante por falta de votos, lo que le ahorraría muchos dolores de cabeza.

Biden lleva más de dos semanas tratando de retrasar este referéndum en la ONU. «El único camino realista hacia una paz integral y duradera es a través de negociaciones directas entre las partes. No hay atajos para lograr un Estado palestino fuera de las negociaciones directas con Israel», han dicho desde el Departamento de Estado. El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, que ya en el 2011 inició el procedimiento para ser miembro de la ONU pero nunca llegó a completarse por la oposición de Estados Unidos, se queja de que Washington no está haciendo lo suficiente para impulsar una solución de dos Estados con fronteras propias. Con esta estrategia, Abás quiere poner en el centro del debate internacional un proceso de paz que lleva tiempo estancado.

Lo cierto es que la situación en Oriente Medio está en la agenda diaria de los mandatarios de medio mundo. En Washington, los congresistas llevan tiempo discutiendo la aprobación de un nuevo paquete de ayudas para Israel, Ucrania y Taiwán. Biden insiste en que su país debe actuar ya, porque Irán «pretende destruir Israel para siempre», y, aunque su aliado puede defenderse, «depende» igual que Ucrania «de la asistencia estadounidense, incluido el armamento, para hacerlo». El ala más radical del Partido Republicano, alentado por el exmandatario Donald Trump, no opina igual. Por eso la legislación ha estado estancada los últimos meses, hasta que el líder de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, ha dicho que va a apoyar una votación, a pesar de que supone arriesgar su posición. «Cuando haces lo correcto, dejas que las cosas caigan donde deben», ha dicho el legislador en una entrevista en CNN. Difícilmente estas palabras eviten que sus compañeros más extremistas, frustrados por su decisión, le acusen de traidor.

Johnson ha tenido que elegir entre la presión de su partido o el bien común, el bien de Estados Unidos, y ha optado por la segunda vía. La votación, que todavía no tiene fecha definida pero hay rumores de que podría tener lugar mañana sábado, decidirá si se entregan millones de dólares para ayudar a Ucrania, Israel y Taiwán, «vital para proteger a los aliados de EE UU del totalitarismo ruso, iraní y chino y preservar el poder y el prestigio de Norteamérica», indicaba en un artículo de opinión publicado en CNN.

El conflicto de Gaza también está marcando en la agenda de los ministros de Asuntos Exteriores del G7, que se reúnen por primera vez estos días en Italia. El encuentro, que se está celebrando en la isla de Capri y está previsto que concluya el viernes, incluye a Francia, Alemania, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Japón. Entre otras cuestiones, uno de los temas clave es el conflicto de Gaza. «La búsqueda de un enfoque político significativo y eficaz hacia una solución de “dos pueblos”, dos Estados, estará entre los temas a discutir», anunciaba una declaración conjunta de los asistentes.

En la misiva aseguraban que tratarían de buscar una «solución política creíble» para garantizar la paz y la seguridad en la región. Además, el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Antonio Tajani, dijo que se estaba «trabajando» en algún tipo de sanciones contra Irán, después del ataque con cientos de drones y misiles contra territorio israelí. Una respuesta a la que también se han unido Bruselas, así lo adelantó el jefe de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, y Estados Unidos que ayer cumplió su palabra. Los asistentes a la reunión también discutirán otros temas como los ataque hutíes en aguas del mar Rojo, que ha puesto en jaque el transporte marítimo mundial, las tensiones en el Indo- Pacífico, o la guerra entre Rusia y Ucrania.