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Conflicto India-Pakistán

El cruce de reproches entre India y Pakistán siembra un terreno fértil para un posible conflicto armado

De forma paralela al aumento de tensiones, las redes sociales se han llenado de desinformación

India Pakistan ASSOCIATED PRESSAP

La oscuridad se cierne sobre millones de ciudadanos que pasan noches en vela, atrapados en el pánico de una escalada militar entre dos naciones nucleares. Entretanto, Nueva Delhi e Islamabad se lanzan acusaciones mutuas de ataques aéreos, intensificando un clima bélico que ya resulta familiar en esta región volátil.

Las autoridades indias han informado sobre la interceptación de drones pakistaníes y la detención de infiltrados armados en su territorio. Unas acciones que marcan un aumento preocupante en la actividad militar y una respuesta decidida a lo que consideran una amenaza del terrorismo transfronterizo que acecha a la nación.

Existe otro campo de batalla se extiende más allá de estas hostilidades: las redes sociales se han convertido en un terreno fértil para la desinformación, donde los rumores y las verdades a medias alimentan un terror palpable. Vídeos mal etiquetados, imágenes recicladas y falsos avisos públicos se están apoderando del panorama informativo, dejando a millones de residentes afectados ansiosos observadores en la disyuntiva de qué deben creerse.

Se suceden los simulacros

Entretanto, desde las calles de Nueva Delhi hasta los suburbios de Bangalore, el desasosiego se siente. Allí, simulacros de emergencia se llevan a cabo como preparación para lo que muchos temen podría ser un conflicto inminente. El sonido de las sirenas y los apagones repentinos han añadido una capa de terror a una población que ya vive en la incertidumbre.

La evacuación de las zonas fronterizas ha provocado un frenesí de compras de suministros, con ciudadanos que se ven obligados a prepararse para lo peor, sin saber cuándo podrán regresar a sus hogares.

En la madrugada del viernes, las fuerzas indias llevaron a cabo una operación de defensa para repeler un asalto aéreo masivo que involucró más de 50 drones lanzados por Pakistán. Este ataque, claramente coordinado, tenía como objetivo al menos 15 instalaciones militares estratégicas, incluyendo puntos críticos en Udhampur, Samba, Jammu, Akhnoor, Nagrota y Pathankot.

El Ejército indio respondió con una contundente contraofensiva, activando sus avanzados sistemas de defensa aérea, incluidos los cañones L-70, plataformas Zu-23mm y sistemas Schilka, complementados por equipos de contra-UAS. “Esta respuesta robusta no solo neutralizó la amenaza en tiempo real, sino que también demostró la capacidad letal de las fuerzas indias para enfrentar incursiones aéreas hostiles”, informaron medios indios.

Pakistán asegura que India está llevando a cabo una "temeraria camapaña propagandística"

Por su parte, Islamabad afirmó que dichas acusaciones de Nueva Delhi forman parte de una «temeraria campaña propagandística» destinada a dañar la imagen de Pakistán y avivar las tensiones en la región, informó Geo TV.

En una estrategia de movilización que refleja una clara intención de India de reforzar su capacidad operativa y de respuesta ante cualquier amenaza inminente, el Ministerio de Defensa otorgó al Jefe del Estado Mayor del Ejército amplios poderes para movilizar la totalidad del Ejército Territorial.

Esta decisión se produce en el contexto de un aumento de las tensiones en las fronteras norte y oeste con Pakistán, donde la situación se torna cada vez más crítica. La autorización permite al jefe del Ejército convocar a filas a todos los oficiales y personal alistado, asegurando que las fuerzas estén listas para ser desplegadas en tareas de guardia o para una integración completa con las fuerzas armadas regulares.

La capital india se encuentra en alerta máxima por motivos de seguridad debido al actual estallido de violencia. «Se ha reforzado la seguridad en toda la ciudad. Hemos aumentado las patrullas nocturnas y se ha pedido a los comisarios adjuntos de policía de distrito que neutralicen cualquier actividad sospechosa», declaró un alto cargo policial al rotativo Hindustan Times. Al parecer, las fuerzas del orden han aumentado la vigilancia en centros comerciales, metro, aeropuertos y zonas residenciales.

A pesar de la preocupación diplomática internacional, el combate se ha ampliado e intensificado, mientras parece que se están realizando esfuerzos políticos para apaciguar la disputa. El ministro de Defensa paquistaní, Khawaja Muhammad Asif, declaró en el Parlamento el viernes que su gobierno estaba en «contacto diario» con Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar y China.

EE UU marca distancias

No obstante, el vicepresidente de EE.UU., JD Vance, declaró que Washington no tiene la capacidad de controlar a los países asiáticos dotados de armamento nuclear, advirtiendo que una guerra entre India y Pakistán «no sería asunto nuestro». En una entrevista con Fox News, Vance subrayó la complejidad de la situación y la imposibilidad de intervención directa en un conflicto que, según él, no puede ser gestionado desde ahí.«Queremos que esto se calme lo antes posible. Pero no podemos controlar a estos países», afirmó, añadiendo que su enfoque se limita a animar a ambos a reducir la tensión, sin comprometerse en medio de una confrontación que no les compete.

Este cambio de tono contrasta con las anteriores declaraciones de Trump, quien ofreció mediación para resolver la crisis en Asia. La actual postura de la Casa Blanca refleja un pragmatismo frío en un contexto geopolítico bien complicado. India se posiciona como un socio estratégico clave, especialmente en su esfuerzo por contrarrestar la creciente influencia de China, mientras que Pakistán, a pesar de su disminuida relevancia tras la retirada de EE.UU. de Afganistán en 2021, sigue siendo considerado un aliado. Con el telón de fondo de tensiones atómicas, la decisión estadounidense de no involucrarse activamente podría tener repercusiones significativas para la subregión, dejando un vacío que podría ser explotado por otras potencias.