Refugiados
Detenido el icono italiano de la acogida a inmigrantes
La Guardia de Finanzas le pone en arresto domiciliario por facilitar la inmigración ilegal.
La Guardia de Finanzas le pone en arresto domiciliario por facilitar la inmigración ilegal.
Cualquiera de los poco más de 1.000 habitantes que tenía el municipio hace apenas unos años hubiera escuchado hablar del «modelo Riace» como un ejemplo planetario y se hubiera echado a reír. Este pueblo pasó de ser un lugar perdido de la provincia de Calabria, en el empeine de la bota italiana, a todo un símbolo de la acogida, gracias a su alcalde, Domenico Lucano. Ante el riesgo de desploblación, el edil atrajo a centenares de migrantes a los que les ofreció casa gratis y la integración en un sistema social a medida, a cambio de que aprendieran un oficio y revitalizaran la zona. Lucano, que recibió elogios de medio mundo, fue ayer puesto bajo arresto domiciliario acusado de «favorecer la inmigración ilegal» y desviar fondos públicos a cooperativas para la gestión de servicios como la recogida de basuras.
En unas conversaciones interceptadas por la Guardia de Finanzas italiana, los medios locales revelaron que Lucano mencionaría la posibilidad de casar con un italiano a una mujer nigeriana a la que se le había negado en tres ocasiones la solicitud de asilo para poder residir en este país. La Fiscalía del municipio calabrés de Locri, que impulsó el caso, descartó otros delitos como malversación, pero sí que investiga la posibilidad de favorecer a asociaciones que cooperan con el ayuntamiento en la acogida de inmigrantes. A la pareja del alcalde, Tesfahun Lemlem, también se le prohibió salir del municipio, acusada por idénticos motivos.
El «modelo Riace» nació con la adopción de una especie de moneda virtual que se entregaba a los migrantes para que la canjearan en los comercios del pueblo. A cada uno se le proporcionaba el equivalente a 200 euros. Además, los interesados podían ocupar gratis las casas que habían sido abandonadas por aquellos que emigraron desde el sur de Italia durante décadas. El único requisito era entrar en una bolsa de trabajo, en la que se enseñaban antiguos oficios.
Así, se calcula que desde 2011 unos 6.000 migrantes han sido alojados en esta zona, condenada a la desaparición y en la que se volvieron a abrir negocios. Riace fue un ejemplo para otros municipios italianos que se integraron a una red llamada Sprar, en la que estas localidades recibían fondos del Estado para invertirlos en proyectos de integración. Sin embargo, en los últimos años la financiación se ha reducido, hasta el punto que se ha convertido en residual con el Gobierno formado por el Movimiento 5 Estrellas (M5E) y la Liga.
Ayer ambos partidos celebraron el fin de lo que consideran un «sistema fallido». Y en especial, el ministro del Interior, Matteo Salvini, presumió de «seguir adelante cerrando puertos», en contra de las políticas de quienes califica como «los campeones de la inmigración». Se refería a todo el arco político de la izquierda, que se puso del lado del alcalde de Riace como modelo contrario a las políticas del Gobierno. Distintos colectivos convocaron manifestaciones en todo el país en apoyo de Lucano, evidenciando la profunda división que sufre Italia a propósito de la gestión migratoria.
Desde España, el alcalde detenido recibió el apoyo de las alcaldesas de Barcelona y Madrid, Ada Colau y Manuela Carmena, respectivamente.
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