París

Detenidos e interrogados por desvío de fondos públicos dos antiguos "sarkozystas"

La Razón
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Es un duro golpe para Nicolas Sarkozy. Dos de los hombres más cercanos al ex presidente francés tenían ayer cita con los policías de la Oficina central de lucha contra la corrupción y las infracciones financieras de Nanterre (afueras de París), en el marco de una investigación preliminar por desvío de fondos públicos. Un revés que cae en mal momento para el político galo, muy alto en las encuestas de popularidad y cuya intención de regresar a la política crea cada vez menos dudas.

Claude Guéant, ex ministro del Interior con Sarkozy y escudero fiel, así como Michel Gaudin, ex director general de la Policía Nacional y ex prefecto, acudieron para explicarse pero era la primera vez que dos altos responsables de ese departamento eran interrogados bajo custodia policial y en régimen de detención provisional.

Los investigadores tratan de esclarecer el origen y paradero de los 10.000 euros que Guéant percibió mensualmente y en efectivo entre 2002 y 2004 como director de gabinete de Nicolas Sarkozy, entonces ministro de Interior. Unas sumas que el detenido ya había confirmado en una declaración previa haber recibido para distribuir como complemento entre los agentes de policía encargados de la seguridad del gabinete, y que además admitió no eran declaradas al Fisco.

El dinero procedía de los fondos para gastos de investigación y vigilancia (FSE), una dotación que la policía utiliza para remunerar servicios como el de los informadores y que gestionaba Michel Gaudin, entonces director general de la Policía Nacional y hoy mano derecha de Sarkozy como jefe de su gabinete. Este ha reconocido haber entregado los 10.000 euros mensuales por orden del propio Guéant, aunque desconoce el uso que se le daba a esa cantidad, en principio destinada a "primas"para recompensar a los agentes.

Un sistema de "gratificaciones"opaco aunque autorizado hasta que el Gobierno del socialista Lionel Jospin lo suprimió en 2002 pero que visiblemente continuó, ilícitamente, con la victoria de la derecha en las elecciones y la llegada ese mismo año de Nicolas Sarkozy al ministerio del Interior, antes de cesar definitivamente dos años después.

Las sospechas saltaron con el hallazgo en febrero pasado de facturas de varios miles de euros pagadas en efectivo, durante un registro en el domicilio y el despacho de Claude Guéant en el marco de dos investigaciones distintas, la del caso Tapie y la presunta financiación de la campaña de Sarkozy con fondos de Gadafi. Varios informes de la Inspección General de la Administraciones (IGA) y la Inspección General de la Policía (IGP) confirmaban en junio la existencia de esas primas ilegales dando lugar a una investigación preliminar, por lo que el caso aún no está judicializado y por eso ninguno de los detenidos podrá ser eventualmente imputado.

El malestar ayer en la conservadora UMP, el partido de Sarkozy, era evidente. Ningún barón de la formación quiso tomar la defensa de los dos sarkozystas interrogados, más allá de expresar su deseo de que "la Justicia haga su trabajo". Ni siquiera el ex presidente francés quiso darse por aludido y acudió a su oficina para despachar la agenda y las citas previstas. Como si Nicolas Sarkozy no quisiera que nada se interponga en su más que probable camino de vuelta a la arena política.