Parlamento Europeo

El Brexit resucita el «odio al polaco» que avergonzó a Reino Unido en los 50

«Fuera de la UE, parásitos», amenazaba una carta enviada a colegios y casas de Huntingdon

Kryssie Bell, directora del centro cultural polaco POSK, lee mensajes de apoyo tras las pintadas xenófobas
Kryssie Bell, directora del centro cultural polaco POSK, lee mensajes de apoyo tras las pintadas xenófobaslarazon

«Fuera de la UE, parásitos», amenazaba una carta enviada a colegios y casas de Huntingdon

«Fuera de la Unión Europa, no más parásitos polacos». Esta frase se repetía en decenas de tarjetas que fueron repartidas entre el jueves y el viernes pasado en Huntingdon, un pequeño pueblo situado a una hora de Londres. Las misivas, con el texto traducido erróneamente al polaco en el reverso, fueron distribuidas en un colegio de primaria a niños y niñas de origen o ascendencia polaca. Según medios locales, fue la madre de un alumno de 11 años la que alertó a la Policía. Pero los niños no fueron los únicos en recibirlas. Se encontraron también varias copias en los portales y en coches de propietarios polacos. Esto pone de manifiesto que la comunidad de este país ha sido el principal blanco de la ola racista que comenzó en Reino Unido tras el Brexit. Los polacos suponen el grupo más numeroso de inmigrantes, con unos 800.000 miembros.

En Hammersmith, al oeste de la capital, el centro social y cultural polaco POSK amanecía el pasado domingo con pintadas xenófobas, pero los atacantes consiguieron lo contrario, y desde ese mismo día, el centro se inundó de flores y tarjetas de los vecinos expresando su solidaridad con el centro y repudiando el ataque. «Estamos devastados por lo ocurrido», asegura a LA RAZÓN Kryssie Bell, presidenta de la asociación. «Ha sido una sorpresa para todos nosotros, estamos en shock, muchos polacos tienen aquí su vida, han tenido aquí a sus hijos y trabajan en sus negocios, ahora el futuro es incierto».

La comunidad polaca vive esta situación al mismo tiempo con decepción: «Me siento triste y defraudada», asegura Pola. Esta joven de 16 años lleva tres viviendo en Reino Unido. Se encuentra con sus amigos, de su misma nacionalidad, cerca de la asociación. Entre ellos, Nathalia y Maja, que se sienten igual. «Es muy injusto lo que están haciendo, llevo aquí diez años y nosotros siempre hemos ayudado a los ingleses», dice Nathalia con tristeza en el rostro. Otra de ellas apunta que «este referéndum ha abierto las puertas del vandalismo». Bozina tiene 60 años y vino a vivir a Reino Unido en 1971. «Estoy enfadada y al mismo tiempo aterrada por lo que está pasando, hay mucha incertidumbre». Se lamenta al contar que su tía vino a Londres después de la Segunda Guerra Mundial y también se encontró envuelta en esta misma situación. «Siempre me cuenta que en los años 50 había racismo contra los polacos, e incluso cuando ibas a alquilar una casa, no te querían si eras de nuestra nacionalidad; parece mentira que estos ataques ocurran hoy», relata Bozina.

Las agresiones xenófobas han aumentado desde que se conociera el resultado del referéndum que dio la victoria a los euroescépticos. El domingo una manifestación de la extrema derecha en Newcastle pedía «frenar la inmigración y empezar con la repatriación de los emigrantes» y el martes, en Manchester, Juan Jasso Jr fue increpado en el tranvía al grito de «fuera de aquí, vuélvete a África». El vídeo de este veterano del Ejército estadounidense se volvió viral en el país. Los atacantes tenían 16 y 20 años y fueron detenidos. A la vez que aumentan estos ataques, también lo hace la repulsa de los británicos hacia estos actos llevados a cabo por algunos de sus compatriotas. «Sois una vergüenza para Inglaterra», les decían a los jóvenes del tranvía. La brecha social que ha abierto el Brexit no ha hecho más que empezar.