Narcotráfico

El capo mexicano más buscado

Fundador del cártel de drogas de Sinaloa, Joaquín El Chapo Guzmán llegó a ser el enemigo público número uno para Estados Unidos tras la muerte de Bin Laden y podría volver a serlo después de protagonizar este fin de semana su segunda fuga de una prisión de alta seguridad de su país.

Con 58 años, Guzmán es uno de los miembros de la vieja escuela de capos mexicanos que tuvo una gran actividad en los años ochenta y noventa del siglo pasado, de la que formaron parte personajes míticos como Rafael Caro Quintero o Amado Carrillo Fuentes, alias El Señor de los Cielos.

Su ciudad natal no podía ser más premonitoria pues Guzmán vio la luz el 4 de abril de 1957 en Culiacán, capital del estado noroccidental de Sinaloa, de donde proceden muchas figuras del negocio de la venta ilegal de drogas y la delincuencia organizada en México.

Comenzó como lugarteniente de Miguel Ángel Félix-Gallardo, jefe del cártel de Guadalajara, en la década de 1980, y fue pionero en el transporte de cocaína y marihuana en grandes aviones Boeing desde Colombia a Estados Unidos, que regresaban luego cargados de millones de dólares en billetes pequeños.

En 1989 Félix-Gallardo fue detenido y procesado, lo que causó que el cártel de Guadalajara se dividiera y que Guzmán se trasladara a Culiacán y fundara el cártel de Sinaloa, consolidándose como el líder del narcotráfico en México.

Esta banda luchó hasta hacerse con el control del narcotráfico en Guadalajara y desde comienzos de la década de 1990 transportó la droga procedente de los cárteles de Cali y Medellín (Colombia) a través de túneles entre Agua Prieta (Sonora, México) y Douglas (Arizona, EEUU).

En junio de 1991 fue detenido en la capital mexicana por la policía judicial, pero logró escapar después de sobornar con 100.000 dólares al entonces jefe de la policía de la capital, Santiago Tapia Aceves.

En 1993 se produce un incidente que aumenta el cerco sobre el narcotraficante, cuando el cardenal mexicano Juan Jesús Posadas es asesinado a tiros en el aeropuerto de Guadalajara por unos sicarios de los hermanos Rafael y Benjamín Arellano Félix, del cartel de Tijuana y enemigos de El Chapo, al confundirlo con él.

Ese mismo año es capturado en Guatemala y entregado a México, donde se le condenó a 12 años de prisión por un delito de cohecho.

Comenzó a cumplir la condena en el penal de máxima seguridad de Almoloya de Juárez, a 90 kilómetros de la capital del país, pero en 1995 fue trasladado al de Puente Grande, a las afueras de Guadalajara (oeste de México), y en 1997 se le impuso una nueva condena de 21 años de prisión.

El 19 de enero de 2001 se fugó de Puente Grande en un carrito de lavandería.

El Gobierno estadounidense ofrecía cinco millones de dólares por proporcionar información valiosa que llevara a su captura y el mexicano 30 millones de pesos (unos 2,3 millones de dólares al cambio de entonces).

Según la revista estadounidense Forbes, que desde 2008 elabora una lista de los diez fugitivos más buscados a partir de la información proporcionada por las distintas agencias de seguridad de EEUU, Guzmán pasó a encabezar ese listado en 2011 a raíz de la muerte del terrorista Osama Bin Laden, líder de Al Qaeda.

La misma publicación también lo clasifica entre los hombres más adinerados del mundo, con una fortuna de más de mil millones de dólares.

En los últimos años fueron capturados varios de sus lugartenientes, y el 21 de junio de 2012 las autoridades presentaron a un detenido al que identificaron como Jesús Alfredo Guzmán Salazar, su supuesto hijo.

Sin embargo, al día siguiente tuvieron que rectificar pues el arrestado no era el hijo de Guzmán, sino un vendedor de droga de Jalisco.

Entre sus excentricidades y lujos, las autoridades le requisaron en 1993 un zoológico en su domicilio particular, en el que había tres osos negros, tres pumas, dos jaguares, varios caballos árabes, dos tigres, cuatro leones y numerosos ciervos, renos, chivos, borregos, avestruces, llamas y pavos reales

Tras permanecer como fugitivo de la justicia durante 13 años, Guzmán fue recapturado el 22 de febrero de 2014 en una acción que fue considerada el mayor golpe asestado al narcotráfico en México en una década, y recluido en el penal de Almoloya de Juárez, en el estado de México (centro del país).

Antes de su fuga este fin de semana, una de las últimas noticias sobre Guzmán fue la difusión de una queja de varios presos del recinto que denunciaron hacinamiento y ser obligados a comer pollo con gusanos y fríjoles con piedras, y a dormir en colchones malolientes.

En prisión, El Chapo debía terminar de purgar su condena a 12 años por cohecho, cuyo cumplimiento quedó interrumpido cuando huyó de la prisión de Puente Grande en 2001.

El narcotraficante había purgado poco menos de nueve años cuando se fugó, aunque al recapturarlo el año pasado en una casa de Mazatlán (en Sinaloa) las autoridades mexicanas ya estaban revisando otros casos que pudiera tener pendientes.