América

Caracas

El chavismo activa a los grupos armados frente a las protestas

Más de 500.000 civiles en el país están a las órdenes del Gobierno

Los manifestantes escribieron «Maduro asesino» en el asfalto de la Plaza de Altamira, en Caracas
Los manifestantes escribieron «Maduro asesino» en el asfalto de la Plaza de Altamira, en Caracaslarazon

Ocho muertos, 137 heridos y 24 personas detenidas. Es el triste saldo de las protestas estudiantiles que desde hace 15 días han convulsionado la vida en Venezuela. ¿Pero quién está detrás de esta violencia? Si bien en ambas partes hay facciones armadas, durante 15 años de Gobierno chavista se ha repartido un auténtico arsenal entre la población en nombre de la revolución. Una guerra de guerrillas sacada del manual cubano y que ahora amenaza con convertirse en una guerra civil.

La idea surgió tras una larga charla en La Habana, entre Fidel Castro y el fallecido Hugo Chávez. El comandante bolivariano le transmitía su inquietud a su maestro ante un posible golpe de Estado o invasión norteamericana. Ahí es cuando Fidel le regaló el libro «La guerra de guerrillas», del Ché Guevara, y le habló de las tácticas militares usadas por los vietnamitas contra los «gringos». Sin embargo, no le advirtió de que Cuba no es Venezuela, y que armar a la población puede tener consecuencias fatales en una sociedad tan polarizada.

Chávez murió, pero su sucesor, el presidente Nicolás Maduro, siguió alimentado a «la Bestia». De hecho, tras una nueva jornada violenta, el Gobierno convocó a sus fuerzas y podría movilizar a más de 500.000 personas en todo el país. «El comando nacional antigolpe lleva una propuesta. Estoy seguro de que la asumiremos y vamos a conformar los comandos populares antigolpe en todo el país. Es la fórmula mágica del comandante Hugo Chávez», sentenció.

De esta manera abría «la caja de Pandora» disponiendo la activación de todos los órganos de seguridad: tanto los puramente políticos, manejados por dirigentes del PSUV, como los movimientos sociales, que tienen otras aristas. Entre ellos, se encuentran las Unidades de Batalla Hugo Chávez (UBCH), un grupo cuyo objetivo es «la defensa de la revolución». En sus comienzos, fueron fundadas con fines electorales. Hoy en día llegan a un total de 13.000.Este grupo cuenta con amplios recursos para estar disponible en caso de cualquier llamado del gobierno chavista. A su vez, sus jefes se dividen en cuatro regiones, es decir, en las que está dividido el país. Y están compuestos por siete anillos: en el primero estarían los grupos de militares, y en el resto, dirigentes gubernamentales que reciben «premios» por metas cumplidas. Dentro de este grupo se pueden encontrar a los más radicales, quienes llaman a enfrentar a la oposición. En cambio, hay otros que optan por ser más cautelosos, que no buscan un derramamiento de sangre.

Además de la represión de la Guardia Nacional (que forma parte de las Fuerzas Armadas) y de los colectivos chavistas, Maduro tiene otro cuerpo civil de defensa, las Milicias Bolivarianas, creadas en 2009 con una ley en la Asamblea Nacional. Se trata de un «ejército» de 120.000 civiles voluntarios armados que colaboran en la custodia del orden. Maduro ha anunciado que quiere elevar el número de efectivos hasta el medio millón en 2015 y saltar al millón en 2019. Es de estas milicias de donde surge el tercer brazo armado: los colectivos. Su objetivo era hacer cumplir los programas estatales. También se dedican a ejecutar proyectos de mejoras comunitarias y actúan como vigilantes, intimidando a sus oponentes políticos tras proclamarse «guardianes» de la revolución chavista. Entre ellos se encuentran los Tumaparos, acusados de ser los ejecutores de cinco estudiantes. El chavismo ha creado un monstruo cada vez más difícil de controlar.