Moscú
El Ejército sirio lanza la ofensiva sobre Alepo con apoyo aéreo ruso
- El Cairo
Con la asistencia de la aviación militar rusa, el Ejército sirio inició ayer una operación al sur de la ciudad de Alepo dirigida contra grupos insurgentes, entre los que no se incluyen militantes del autodenominado Estado Islámico (EI). Los combates se desarrollaron a varios kilómetros de la poblada ciudad situada a 35 kilómetros de la frontera con Turquía y cuyo control se disputan desde 2012 las fuerzas leales al presidente Bachar al Asad y una amalgama de milicias rebeldes. El desarrollo de las operaciones comandadas por el régimen parecía indicar que su objetivo inmediato no era el de tomar Alepo de inmediato. Más bien los esfuerzos de sus soldados se hallaban encaminados en esta primera fase a asegurar territorio próximo a la principal ruta hacia Damasco.
Al apoyo de Moscú, que emprendió una serie de ataques aéreos el pasado 30 de septiembre alineados con las operaciones del Ejército de Al Asad, se habría sumado el prestado por centenares de efectivos provenientes de Irán y de la milicia libanesa Hezbolá. Así lo aseguró a la agencia Reuters una fuente militar siria, que calificó la de ayer como «la batalla prometida». Según el mencionado oficial, se trataría de la primera vez en que Teherán participa con un número tan destacado de tropas en los combates terrestres, aunque el Gobierno persa ha sostenido incansablemente que sus relaciones con Damasco en este sentido se han limitado a la provisión de armamento y de expertos en materia militar.
El control de la parte occidental de Siria por las fuerzas gubernamentales ofrecería un balón de oxígeno al cuestionado mandatario, pese a que gran parte del territorio oriental del país árabe se encuentra todavía en manos del EI. Las huestes del califato dominan, asimismo, amplias zonas del vecino Irak, donde el Ejército iraquí, los servicios de lucha antiterrorista y combatientes de milicias chiíes como Hashed al Shaabi (Movilización Popular) lograron concretar uno de los avances más importantes de los últimos meses en su lucha contra los extremistas en torno a Baiji y Ramadi. Un coronel consultado por la agencia France Press comunicó que «las fuerzas iraquíes se están internando en Baiji, han retomado el área industrial y numerosos barrios». Tras hacerse con la refinería del norte de la ciudad, cuya importancia como enclave ha quedado mermada al haber quedado prácticamente destruida en los incesantes combates, los artificieros iraquíes desactivaron numerosas bombas trampa que habían sido colocadas por los milicianos del EI, algunos de los cuales todavía permanecían apostados en edificios de la población controlada por el Ejército en un 60%.
La citada fuente militar reveló esta información añadiendo que sus soldados habían rodeado en su totalidad la ciudad de Sinniya después de que las Fuerzas Aéreas facilitaran el lanzamiento de una operación terrestre. El avance en el área de Baiji se considera clave para emprender acciones de mayor calado contra los fanáticos del EI, ya que el control del enclave permitiría poner la vista en otras regiones con frentes abiertos incluyendo la provincia de Anbar.
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