Bruselas
El lento goteo de la identidad de los fallecidos
Entre las víctimas mortales y los heridos de los atentados del martes en Bruselas hay unas "40 nacionalidades", según ha indicado el ministro de Asuntos Exteriores belga, Didier Reynders.
Leopold Helcht, 20 años
Alumno ejemplar y un «crack» improvisando
El martes, horas después de las explosiones en Zabentem y Maelbeek, LA RAZÓN contactó con el hermano de Leopold Helcht. El joven pedía ayuda para encontrar a su hermano, pero lamentablemente, horas después las autoridades confirmaron la muerte del joven en el atentado del metro. Leopold era estudiante de Derecho de la Universidad de Saint-Lois de Bruselas. «Lamentamos que entre las víctimas esté uno de nuestros estudiantes. La Universidad comparte el dolor de sus familiares». Este es el mensaje que difundió el centro universitario horas después de conocer la noticia. El joven justo se encontraba en la estación de Maelbeek en el momento de las explosiones y no pudo superar sus graves heridas. Fue trasladado a uno de los hospitales cercanos, pero no pudieron salvarle la vida.
Los mensajes de sus amigos y compañeros de clase no tardaron en sucederse. «Era muy brillante. Le gustaba improvisar. Nos transmitía su humor y su dinamismo. Tenía un gran talento», afirmó Anthony, su compañero del equipo de improvisación. «La semana pasada pude presenciar una de las competiciones en la que participó. Se notaba que disfrutaba con ello. Su muerte me afecta especialmente», comenta a este diario otro de sus compañeros, Mathieu Sommereijns.
Hacía apenas unos años que había terminado sus estudios en el colegio Saint Antoine y, por eso, muchos excompañeros mostraron sus condolencias en la página de la Universidad donde cursaba sus estudios. A lo largo de la semana se sucederán diferentes actos de apoyo a la familia.
Adelma Tapia, 37 años
Sus hijas se salvaron porque salieron a jugar
Adelma llevaba seis años viviendo en Bruselas. Allí había conocido al amor de su vida, Christopher, de origen belga. La pareja, junto a sus hijas gemelas de tres años y medio, Maurin y Alondra, iniciaban su semana de vacaciones. Viajaban a Nueva York, donde les esperaban dos hermanas de Adelma. Iba a visitar la ciudad antes de volver a Perú, su país de origen. Estaban en la sala de espera, preparados para montarse en el avión. «Las niñas salieron aparentemente por el pasadizo a corretear, mi hermana se quedó en una de las salas de espera del aeropuerto de Bruselas donde ocurrió el atentado suicida», comentó Fernando Tapia, hermano de la fallecida. Detrás de ellas fue Christophe, para vigilarlas. Gracias a ello se salvaron los tres. Adelma estaba muy cerca de la explosión y le tocó la peor parte. Falleció de inmediato.
«Si no hubieran salido a jugar podrían haber muerto, pero felizmente solo una de las gemelas resultó herida con esquirlas en el brazo, pero no es grave», precisó Fernando, quien se mantiene en contacto con su familia en Bélgica y en Nueva York. Y es que fue una de las hermanas que la esperaba en la Gran Manzana, la que transmitió la mala noticia. Su familia no se plantea repatriarla a Ucayali, su ciudad de nacimiento en Perú. Saben que su marido y sus hijas preferirán tenerla cerca.
«Ella siempre asistía a todas las actividades que podía para promocionar la cuchara peruana. Preparaba papa a la huancaína y también la comida selvática. Su sueño era abrir un restaurante allá un día», afirmó Fernando a un periódico de su país.
Oliver Delespesse, 45 años
Funcionario «atípico» centrado en su trabajo
Oliver Delespesse no llegaba a la reunión que tenían fijada para esa mañana y eso preocupó a sus compañeros. Sabían que siempre era puntual. Adoraba su trabajo y empezaron a anunciar su desaparición por Facebook. Desde hace varios año trabajaba como educador para la Comunidad Francesa de Bélgica. «Una sonrisa se ha borrado», afirmó poco después de conocer la noticia uno de sus compañeros. De acuerdo con el diario belga «Le Soir», el Ministerio de Educación de la Federación de Valonia Bruselas le describe como un tipo risueño, siempre alegre, buen compañero y muy sociable, «su desaparición es muy impactante e injusta». Uno de sus compañeros, Dorence Monkam insistió a través de las redes sociales que «Oliver tenía la capcidad de darle la vuelta al mundo. Tenía un gran espíritu y ganas de hacer muchas cosas».
Delespesse estaba soltero y no tenía hijos, de acuerdo con las informaciones que aportan sus compañeros de la Federación de Valonia Bruselas. Por ello, sus compañeros se habían convertido en su familia. «Le gustaba mucho lo que hacía y se dedicaba en cuerpo y alma a su trabajo», afirma uno de ellos, Olivier Dradin que trabaja en la Secretaría de Educación de Estado de Valonia. Y añade: «Era una persona muy divertida. Le gustaba bromear, hacer chistes y siempre se preocupaba por los demás». Y además, insiste en que «no era el típico funcionario frío con el que no se podía contar. Todo lo contrario».
Lamentablemente, Oliver estaba en el convoy donde uno de los terroristas suicidas hizo explotar sus explosivos.
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