Reino Unido
El Parlamento británico da luz verde a Cameron para bombardear Siria
Más de 60 diputados laboristas desafían a su líder y apoyan la iniciativa del Gobierno «tory».
El «premier» David Cameron consiguió ayer el respaldo del Parlamento para bombardear al Estado Islámico (EI) en Siria. El debate en la Cámara de los Comunes duró diez horas y, en todo momento, estuvo muy presente el fantasma de la guerra de Irak. Pero finalmente el primer ministro británico obtuvo un amplio apoyo con 397 votos a favor y 223 en contra. El respaldo de más de 60 diputados rebeldes de la oposición laborista resultó crucial. Entre aquellos que desafiaron a su líder, Jeremy Corbyn, se encontraba el responsable de Exteriores del denominado «gobierno en la sombra», Hilary Been. Durante la larga jornada se vivieron momentos de mucha tensión, principalmente cuando se exigió en diferentes ocasiones disculpas a Cameron por, supuestamente, haber llamado «simpatizantes de los terroristas» a quienes se opusieran a la intervención. El «premier» evitó pedir perdón directamente insistiendo en que era «honorable» votar a favor o en contra.
En septiembre de 2014, Cameron obtuvo el permiso de Westminster para unirse a la coalición internacional y atacar a los terroristas en Irak. Los parlamentarios se negaron entonces a actuar en Siria, pero tras los atentados de París muchos cambiaron anoche de opinión. «Reino Unido debe asumir su responsabilidad y no delegar su propia defensa en otros países», dijo el «premier». «La cuestión a la que nos enfrentamos es la siguiente: ¿trabajamos con nuestros aliados para destruir esta amenaza y perseguimos a estos terroristas en sus bastiones desde donde están conspirando para matar a los británicos o nos quedamos sentados esperando a que nos ataquen?», añadió.
Los Tornados del Ejército del Aire británico se unirán de manera inminente a la misión en la que ya participan EE UU, Francia y Alemania. A nivel internacional, Cameron cumple así su compromiso con los aliados. Sin embargo, a nivel nacional la incursión de Reino Unido en los bombardeos tiene importantes consecuencias políticas. La primera de todas, en la intención de voto. Una encuesta publicada ayer en «The Times» mostró que el apoyo a la intervención había caído del 59% al 48% desde que el primer ministro expuso su estrategia la semana pasada, lo que se equipara a una disminución de cinco millones de votantes. La proporción de los que se mostraban en contra aumentó en 11 puntos (del 20% al 31%).
Los diputados no quieren repetir errores del pasado y aunque anoche comenzaron las primeras protestas pidiendo la paz, el Gobierno defiende la resolución aprobada el pasado 20 de noviembre por el Consejo de Seguridad de la ONU que insta a los miembros a combatir al EI «con todas las medidas necesarias». Durante el debate, muchos parlamentarios expusieron sus dudas sobre qué aportará la aviación británica a la misión. En este sentido, Cameron explicó que un tercio de los bombardeos de precisión en Irak los realiza en la actualidad el Ejército británico. Por otra parte, la supuesta falta de un verdadero plan para cuando terminen los bombardeos centró las intervenciones de la oposición. En concreto, la controvertida afirmación del «premier» de que hay 70.000 rebeldes sirios preparados para la ofensiva terrestre en Reino Unido no tomará parte. «No digo que esos 70.000 sean los aliados ideales», reconoció sobre la fiabilidad de estas tropas.
La votación puso en evidencia la gran crisis por la que atraviesa el Partido Laborista tres meses después de haber elegido a su nuevo líder. Pese a que Corbyn se opuso a los bombardeos, se vio obligado a dar libertad de voto a sus filas ante las amenazas de dimisión.
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