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El Parlamento de Hungría aprobó hoy por abrumadora mayoría las controvertidas enmiendas a la Constitución, objeto de críticas en el interior y exterior del país por limitar algunos controles democráticos.

Los cambios constitucionales fueron respaldados por el gobernante partido conservador nacionalista Fidesz, que cuenta con más de dos tercios de los escaños en la Cámara, mientras que la oposición socialista no participó en la votación, y los extremistas derechistas del Jobbik se abstuvieron.

Las enmiendas a la Constitución, que entró en vigor en 2012, limitan las competencias del Tribunal Constitucional, las campañas electorales en los medios privados y abren el camino a penalizar, bajo ciertas circunstancias, a las personas sin techo por vivir en la calle.

La mayoría de estas enmiendas afectan a las disposiciones que el Tribunal Constitucional de Hungría anuló en los últimos meses y ahora el Fidesz las incluye en la Carta Magna, para que la alta Corte no pueda analizar su contenido.

Centenares de personas, convocadas por organizaciones civiles, protestaron hoy en las cercanías del Parlamento, en el centro de Budapest, contra las enmiendas.

La Comisión Europea (CE) advertió hoy a Hungría de que usará "todos los instrumentos a su disposición"para garantizar que el Estado magiar respete las leyes europeas si las polémicas enmiendas violan las normas comunitarias.

El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, informó ayer de que había pedido a Orbán explicaciones más detalladas sobre estas enmiendas, que han causado "preocupación"en la Eurocámara.

La actual Constitución húngara fue aprobada el año pasado por el Fidesz en solitario, partido que fue criticado duramente por haber redactado los cambios sin consensuar su contenido con ninguna otra formación política.