Turquía
Triunfo amargo de Erdogan
El AKP, el partido del presidente, supera todas las previsiones: recupera la mayoría absoluta y podrá gobernar en solitario Turquía tras las elecciones parlamentarias celebradas ayer
El partido Justicia y Desarrollo (AKP), el partido islamista de Recep Tayyip Erdogan, resultó el gran vencedor de las elecciones de ayer en Turquía. Superando todas las previsiones, tendrá mayoría absoluta con al menos 316 escaños (con el 99% escrutado) y volverá a gobernar en solitario. Pero, al mismo tiempo, su líder fue el gran derrotado. El presidente Erdogan no podrá hacer realidad su sueño de ostentar el Poder Ejecutivo porque el AKP no ha conseguido los 365 escaños necesarios que le permitirían enmendar la Constitución e instaurar un sistema presidencialista.
El AKP alcanzó el 49,37% de los votos, con lo que recupera cómodamente su mayoría absoluta. La principal fuerza opositora,el Partido Republicano del Pueblo (CHP), obtuvo el 25,41% (134 diputados), mientras que el Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) alcanzó el 11,95% (41) y el Partido Democrático del Pueblo (HDP) logró un 10,68% (59), por encima del del 10% exigido para entrar en el Parlamento.
Ni el clima de tensión ni las amenaza a posibles atentados suicidas impidieron ayer que 54 millones de turcos acudieran masivamente a las urnas para elegir su futuro. Unos 400.000 policías y gendarmes fueron movilizados para garantizar la seguridad de las elecciones, particularmente en el sureste. Largas colas de votantes, bajo fuertes medidas de seguridad, fue la imagen que se repitió en todos los colegios electorales del país. Los votantes estaban muy divididos en sus opiniones y se debatían entre un regreso a un Gobierno de un solo partido o una posible coalición.
La posibilidad de fraude electoral había sido uno de los grandes temores de la oposición, que desplegó a miles de voluntarios para velar por las votaciones. Un total de 65.000 observadores independientes fueron repartidos por los diferentes centros de votación para garantizar que el resultado electoral no estuviera amañado. Además, los partidos políticos movilizaron a sus militantes para vigilar las urnas y establecieron sistemas de recuento de voto paralelos.
Los colegios electorales cerraron a las 17:00 hora local, a excepción de las 32 provincias del este de Turquía, que lo redujeron a una hora antes debido a los recientes enfrentamientos en la región. Aunque la jornada transcurrió con normalidad, algunos incidentes se registraron en zonas de mayoría kurda, al sureste del país. En la ciudad de Diyarbakir, bastión del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), la Policía lanzó gases lacrimógenos contra un grupo de manifestantes que se concentraron en un centro electoral en pleno recuento de votos.
«Turquía ha hecho grandes avances en el camino de la democracia y eso se reforzará nuevamente en la elección de hoy [por ayer]», dijo Erdogan tras emitir su voto en Estambul. Por su parte, el primer ministro saliente, Ahmet Davutoglu, votó en Konya, bastión conservador del centro del país, y el líder del partido prokurdo HDP, Selahattin Ciftçi, en Estambul. «Espero que el resultado refuerce las esperanzas de paz. Es lo que Turquía más necesita en este momento», manifestó.
La inestabilidad política que se ha vivido en Turquía en los últimos cinco meses y la ruptura del proceso de paz con los kurdos, que ha reavivado la tensión en el sureste, han sido factores determinantes para la alta afluencia de electores. Los turcos se jugaban en estos comicios mucho más que la elección de un nuevo Ejecutivo. Del resultado dependerá la estabilidad de esta nación cuyas fronteras en el sur están amenazadas por la guerra siria y el Estado Islámico. Inversores y socios occidentales esperan que las elecciones generen más estabilidad y mejoren la confianza en la economía, permitiendo a Ankara un papel más fuerte para detener el flujo de refugiados que llegan a Europa y ayudar en la lucha contra el Estado Islámico.
Tras darse a conocer los resultados, el primer ministro declaró la victoria de su partido. «Hoy es el día de la victoria de la democracia y la pueblo», declaró Davutoglu. «Nadie debe caer en el derrotismo. Hoy no hubo perdedores, solamente ganadores», dijo ante miles de simpatizantes en Konya a los que prometió «reconstruir una nueva Turquía con todos los ciudadanos».
Los partidarios del AKP salieron a las calles de Ankara y Estambul agitando banderas con entusiasmo para celebrar la victoria. Mientras, sus oponentes se mantenían en silencio y con temor de que Turquía camine hacia el autoritarismo y el desprecio de los valores occidentales como la libertad de expresión y el Estado de Derecho.
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