Corrupción política

El Partido de los Trabajadores, sin «plan B» para las elecciones

El Partido de los Trabajadores (PT) debe decidir quién será su candidato en las presidenciales de octubre. El PT parece encaminado a forzar la postulación de Lula para dotar a su líder de un manto de persecución que le granjearía más popularidad. «El PT defenderá esta candidatura en todas las instancias y hasta las últimas consecuencias», dice el comunicado que emitió ayer.

La postura de Lula, se descuenta, será decisiva para la que tome el partido que fundó en 1980. Según filtraciones aparecidas en los medios brasileños, el ex presidente estaba apesadumbrado y resignado a no ser candidato. «No iban a dar un golpe para dejar que yo sea candidato», les habría dicho a sus allegados en referencia al ajustado veredicto del Supremo.

Hay diputados como José Américo que no se resignan ni siquiera ante la imagen de ver a su líder tras las rejas. «Registraremos la candidatura aún con él preso. Además creo que va a estar poco tiempo en prisión», asegura a LA RAZÓN. Sin el imán de Lula en los actos de campaña, cómo podría competir con quienes estén en carrera plena, además de lucir una «ficha limpia» que él no puede exhibir ante una sociedad que ve a los políticos de larga trayectoria desgastados y manchados por múltiples casos de corrupción.

A la reunión del PT también asistieron la ex presidente Dilma Rousseff, el ex ministro Celso Amorim, el ex diputado José Genoino, el abogado Roberto Teixeira, el gobernador de Piauí Wellington Días y el precandidato a gobernador de San Pablo Luiz Marinho. Pero se espera que sea la voz de Lula la que defina el futuro de su formación.

La derecha, mientras, también toma posiciones. Jair Bolsonaro, el político radical de derechas que se proyecta como candidato a presidente, fue condenado en enero a pagar una multa por comentarios racistas. El fallo sentenció a Bolsonaro a pagar una multa de 50.000 reales (algo más de 16.000 dólares) por los comentarios de índole racista que el político realizó sobre afrodescendientes durante un evento en el club Hebraica de Río de Janeiro. A falta de nuevos encuestas tras la debacle de Lula, podría ser uno de los favoritos.

Ante los últimos avances en la economía brasileña, Temer –aunque salpicado por múltiples casos de corrupción– podría convertirse en el próximo favorito en las presidenciales. Paradojas del universo brasileño.