Atentados terroristas en París
«En el islam está prohibido suicidarse. Un kamikaze no va al paraíso»
En la mezquita más cercana a Bataclan en la primera oración tras los ataques yihadistas
La primera oración musulmana después de los atroces atentados del 13-N en París tuvo lugar ayer al mediodía en cada una de las miles de mezquitas que se encuentran en Francia. Durante la semana, los líderes musulmanes habían convocado para ayer viernes un multitudinario acto de repulsa en la Gran Mezquita de París, sin embargo, por cuestiones de seguridad, tuvo que ser cancelado. En otras ciudades galas como Estrasburgo sí condenó el terrorismo y la confusión de conceptos ligados al islam a tenor de los ataques simultáneos y coordinados de la semana pasada, que causaron 130 muertos y más de 350 heridos.
En la mezquita Omar, la más cercana a Bataclán, donde los yihadistas mataron a 90 personas, ayer decenas de hombres acudieron a orar. El nombre de este lugar de culto no está extento de polémica pues en 2012 su imam, Mohamed Hammami, fue expulsado de Francia por su relación con una célula islamista desmantelada y sus "proposiciones abiertamente hostiles hacia los valores de la República". Su presidente actual, Hammadi Hammami, reconoce "que hubo problemas de radicalismo en el pasado pero no ahora. No hay radicales, además en esta mezquita sólo habla el imam y es moderado". Hammami explica a LA RAZÓN que en el islam "está prohibido suicidarse. Si te suicidas con un cinturón explosivo no vas al paraíso". Al preguntarle si matar a infieles o a cristianos está premiado reconoce que tampoco se puede quitar vidas. "Sólo Dios da y quita la vida, no los hombres".
Hammami confiesa que desde que sábado pasado, se han producido al menos 23 ataques contra musulmanes. "En su mayoría a mujeres por llevar velo", admite el presidente de la Mezquita del distrito 11. "Es muy peligroso lo que está pasando, se está dividiendo a la sociedad francesa", indica Hammami para quien "por culpa de 10 personas no se puede juzgar a los 6 millones de musulmanes que viven en Francia". Al comentarle que el problema es que los yihadistas gritaron "Allahu Akbar"mientras abrían fuego, Hammami sostiene en que ellos no son musulmanes ni se mata en nombre de dios. "No tienen derecho".
Para él hubo ciertos argelinos que en las librerías árabes cercanas al templo religioso sí traspasaron la línea del radicalismo en sus conversaciones, "pero fuera de la mezquita no aquí". Sobre las familias que ven cómo sus hijos se radicalizan "son ellos, los padres, los que tienen que vigilar a sus descendientes. La mezquita no es la Policía". "Si alguna vez sus padres vienen a nosotros, les decimos que primero les quiten el pasaporte y segundo, que vayan a Comisaría". En el sermón de ayer, el imam de la mezquita a 15 minutos de Bataclan, recordó a los feligreses que "la vida es sagrada para el islam".
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