El Futuro de Venezuela
«Es inadmisible el silencio de los gobiernos frente a la represión en Venezuela»
María Corina Machado. Opositora venezolana. La ex diputada asegura que su inculpación por intentar asesinar a Maduro «es una patraña monstruosa»
Entrevista a María Corina Machado. Opositora venezolana. La ex diputada asegura que su inculpación por intentar asesinar a Maduro «es una patraña monstruosa»
María Corina Machado se ha convertido en la referencia indiscutible para los venezolanos que sueñan con el fin del Gobierno de Nicolás Maduro. Quizá por este motivo, las autoridades chavistas han decidido volver a la carga contra esta ex diputada. En junio fue acusada de magnicidio. El propio Maduro dijo entonces sobre ella: «No exagero cuando digo que es una asesina. Estaba planificando la violencia y la muerte en este país». El proceso se vino abajo porque los supuestos correos electrónicos de una cuenta de Gmail en los que María Corina quedaba en entredicho eran falsos, tal y como demostró Google. Esta semana, la Fiscalía la ha imputado por supuesta conspiración para matar al presidente venezolano. En una entrevista telefónica con LA RAZÓN, la dirigente asegura que se trata de «una patraña monstruosa» e insiste en que no se irá del país porque «nuestro único camino es luchar».
–¿Qué está siendo lo más duro de la imputación por asesinato?
–Por una parte está la dimensión familiar. Hablo con mis hijos y con mis padres todos los días y veo cómo la angustia los arropa ante la situación del país. Y por otra parte, como venezolana, es duro comprobar en carne propia el grado de destrucción de la justicia y de las instituciones, la indolencia de un régimen dispuesto a cualquier cosa con tal de preservar el poder y el daño que eso le está haciendo a la sociedad venezolana.
–¿Qué le diría a los jefes de Estado que se reúnen mañana en Veracuz (México), incluido el venezolano Nicolás Maduro, sobre la situación política y social que se vive en su país?
–Si hay algo que está claro para la comunidad internacional es el carácter represivo y violador de los derechos humanos de Maduro y su régimen. El desastre y el fracaso económico y de la calidad de vida de los ciudadanos, en particular de los más humildes, es evidente. También es ampliamente conocida la absoluta corrupción y degradación moral a la que este régimen ha llegado, permitiendo incluso la penetración del narcotráfico en las instituciones venezolanas. Estas tres dimensiones hacen que Venezuela esté en este momento al borde del caos. Frente a una realidad tan contundente, el silencio y la indiferencia es complicidad.
–Los ex presidentes de España y Chile, José María Aznar y Sebastián Piñera, piden a los organismos internacionales que actúen por la libertad y los derechos humanos en Venezuela, incluso «imponiendo las sanciones que correspondan» contra el Gobierno. ¿Es partidaria de seguir la senda de las sanciones internacionales?
–No he escuchado jamás hablar de sanciones contra el país o contra la población. Lo que sí es claro para los venezolanos es que cuando baja la atención internacional sube la represión en Venezuela. Estos regímenes que han perdido toda la legitimidad en su ejercicio intentan obtenerla de sus relaciones internacionales y de esos espacios donde se dan abrazos y se alaban mutuamente. Y por eso es tan importante, y así quiero agradecérselo a los jefes de Estado que en esta hora han centrado su atención en Venezuela, que se llame a las cosas por su nombre. En Venezuela se han violado todas las prácticas y garantías democráticas. No hay Estado de Derecho, ni independencia de poderes. En Venezuela se violan de forma masiva y sistemática los derechos humanos. Si hay algo que les pediría a todos los dirigentes democráticos es que se lean el informe del Comité de Torturas de Naciones Unidas que se publicó esta semana, un informe demoledor y contundente. Frente a esto es inadmisible el silencio de cualquier demócrata y de cualquier ser humano. Lo que aquí está ocurriendo es de una crueldad tal que exige una reacción de emergencia.
–¿Se ha sentido respaldada por los líderes latinoamericanos?
–La cantidad de manifestaciones de apoyo, de confianza y de respaldo que hemos recibido estos días es abrumadora, incluso de ciudadanos que no me conocen, pero que sienten que la causa por la democracia en Venezuela es también la suya. Parlamentarios de todas partes del mundo, periodistas, activistas de derechos humanos. Hay una demostración internacional que nos indica que no estamos solos. Ahora bien, ésta no ha sido la posición de los jefes de Estado y los Gobiernos. Esto es una realidad. Y frente a esto, los venezolanos no vemos excusa posible porque sabemos qué es lo que Maduro ha venido a imponernos. El ex presidente Chávez construyó muchos mitos que logró vender y transmitir. Entre ellos, hay dos: el primero, hacia el interior, cuando él decía que su salida del poder traería un regreso al pasado. Y el segundo, hacia fuera, cuando explicaba que su salida representaría el caos. Maduro se ha encargado de demoler estos dos mitos porque Maduro es el pasado y el caos.
–¿Cuál es la salida que tiene la oposición política venezolana si no está dispuesta a aguantar hasta 2018, fecha de las próximas elecciones presidenciales?
–La Constitución tiene mecanismos para resolver esta crisis política, social, económica e institu-cional que no tiene precedentes. La situación ha llegado a un nivel de destrucción y de deterioro de la gobernabilidad tal, que requiere una respuesta de los venezolanos, que hoy están desesperados. ¿Se puede imaginar lo que es vivir con un salario mínimo cercano a los 30 dólares al mes? ¿Vivir con un dólar al día? ¿Una inflación que va a superar el 100% este año? ¿Lo que significa una escasez de productos básicos alimentarios que llega al 70%? No hay ni aspirinas en los hospitales. Hoy más del 80% de los venezolanos queremos un cambio en Venezuela porque no estamos satisfechos con la situación del país. Hay un 60% que te dice que en Venezuela hay una dictadura, lo que demuestra la conciencia y las aspiraciones de la gente del país. Hay plena conciencia de que Maduro ni quiere ni puede resolver los problemas. Ha perdido toda capacidad y confianza, y también su legitimidad, y eso hay que decirlo. Maduro ha sido cercado tanto por las presiones que vienen desde La Habana como las del estamento militar. No tiene la autoridad, ni la voluntad ni la capacidad para dictar los cambios urgentes que requiere el país. Por lo tanto, lo que el país clama hoy es que Maduro salga del poder. Y existe un mecanismo absolutamente constitucional que permitiría una transición en paz, democrática y ordenada: la renuncia del señor Maduro.
–¿Existe algún tipo de contacto entre miembros del chavismo moderado y la oposición para fraguar una transición?
–Eso lo dicen ellos. Yo no tengo ninguna evidencia al respecto.
–¿Es posible una rebelión entre los venezolanos más pobres si continúa subiendo la inflación y aumentado la escasez de productos, algo parecido a lo que fue el Caracazo?
–Dios nos libre. Todos sabemos que un país donde el propio régimen ha distribuido más de diez millones de armas ilegales, donde se ha armado a grupos paramilitares que operan como un brazo de control social del régimen, un escenario como ése podría representar un riesgo, un drama y un gran dolor.
–La caída del precio del petróleo ahonda aún más la crisis del país...
–Pero el petróleo no tiene la culpa. El drama en Venezuela no son los precios del petróleo. Ustedes y otros países que dependen del petróleo están preparados para una circunstancia como ésta. Cuando hubo bonanza invirtieron, pagaron sus deudas y ahorraron, justo lo contrario que hizo el régimen de Venezuela, que acabó con las reservas y multiplicó la deuda por ocho y vendió el petróleo a futuro. Fue la irresponsabilidad infinita del que utilizó la bonanza para hipotecar un país.
–¿En Venezuela se pueden escuchar voces críticas en los medios de comunicación?
–Como los problemas son tan graves y apremiantes, el régimen necesita censurar a los medios, criminalizar la protesta y perseguir a las voces que denuncian y que hablan con la verdad, ya sean sindicalistas, periodistas, tuiteros o diputados, como es mi caso. La represión es una política de Estado, y es una de las bases en las que se sustenta este régimen.
–¿Cree que irá a prisión, como le pasó a su compañero Leopoldo López?
–Yo no tengo esa respuesta. Lo único que sé es que esta es una decisión política y no jurídica. El mundo entero sabe que esto es una patraña monstruosa. No hay pruebas porque no hay delito. Lo que se pretende es doblegarnos. ¿Qué opción tenemos?, me preguntan mis hijos. ¿Irnos, callarnos, claudicar? Esas no son las opciones. Nuestro único camino es luchar. Quiero garantizarles a todos que Venezuela avanza ya hacia un proceso de transición a la democracia. Vamos a luchar y vamos a triunfar porque tenemos la fuerza de un pueblo que tiene muy arraigado el amor a la libertad y la democracia. Vamos a construir un país donde exista prosperidad, oportunidad, solidaridad, respeto y una verdadera sociedad libre. Estoy segura de que vamos a salir fortalecidos de estos momentos terribles y dolorosos.
Una oposición más dividida y débil
Cada vez es más palpable la división de la llamada Mesa de la Unidad Democrática, la coalición de partidos de todas las ideologías que se presentó a dos elecciones presidenciales, una contra Hugo Chávez y la segunda contra Nicolás Maduro. Las dos las perdió con su candidato Henrique Capriles, hoy en un segundo plano y miembro de ese sector de la oposición que prefiere esperar a 2018 para ganar en las urnas al «madurismo». María Corina Machado se sitúa en el polo opuesto y es partidaria de hacer caer al Gobierno con ayuda de las protestas. Capriles dijo esta semana que el Gobierno ha montado un «circo» con la imputación de la ex diputada para desviar la atención de los problemas que arrastra el país. Ella, sin embargo, replica en esta entrevista que «hay que tener mucho cuidado con subestimar lo que representa la persecución y la represión como una política de Estado, que también es la censura. No podemos decir que la censura es una cortina de humo». Ningún miembro destacado de la Mesa de la Unidad acompañó esta semana a Machado a la Fiscalía a declarar, una imagen que escenifica la fragmentación de la coalición opositora.
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