Brexit

Londres y Bruselas reanudan negociaciones ante el Protocolo de Irlanda del Norte

Truss advierte ahora que invocará el artículo 16, que permite suspender unilateralmente parte de sus disposiciones si no se cumplen sus demandas

Bruselas está dispuesta a reducir gran parte de los controles, pero no va a ceder mucho más
Bruselas está dispuesta a reducir gran parte de los controles, pero no va a ceder mucho másCHRIS J. RATCLIFFE / POOLAgencia EFE

Londres y Bruselas reanudaron ayer las negociaciones sobre el Protocolo de Irlanda del Norte, pieza clave del acuerdo de divorcio. Tras la dimisión de David Frost como responsable del Brexit a finales del año pasado, el ministerio como tal ha desaparecido y es ahora Lis Truss -responsable de la diplomacia británica y una de las favoritas para suceder a Boris Johnson si finalmente éste se ve obligado a dimitir por el escándalo del Partygate- quien asume ahora las competencias.

Como su antecesor, Truss advierte ahora que invocará el artículo 16 del Protocolo, que permite suspender unilateralmente parte de sus disposiciones, si no se cumplen sus demandas. “Permítanme ser clara: no me suscribiré a nada que lleve a los bienes que se mueven dentro de nuestro propio país estar sujetos a controles”, escribía recientemente en The Telegraph, sin mencionar que esto es exactamente lo que su propio Gobierno firmó hace más de un año a fin de evitar quedarse dentro de la unión aduanera.

Para evitar frontera dura entre la República de Irlanda (miembro de la UE) y la provincia británica de Irlanda del Norte y no poner así en peligro la paz sellada en 1998 entre católicos y protestantes, tras el Brexit, la frontera se `movió´ al mar de Irlanda. Sin embargo, Downing Street no quiere cumplir ahora los controles a los que se comprometió para los bienes que vayan desde Gran Bretaña hasta Irlanda del Norte. Asimismo, también quiere disminuir (si no consigue quitar por completo) el papel del Tribunal de Justicia de la UE como supervisor ante cualquier disputa respecto al protocolo.

Por su parte, Bruselas está dispuesta a reducir gran parte de los controles, pero no va a ceder mucho más. Y visto la gran crisis que atraviesa ahora Downing Street, se antoja complicado que Johnson apueste por un órdago complicándose así aún más las cosas.

En este contexto, Truss y Maros Sefcovic, vicepresidente de la Comisión, en Chevening House, mantuvieron ayer su primera reunión en la residencia campestre en el condado de Kent que suele utilizar como lugar de descanso para el titular de Exteriores de turno. No existen ahora fechas límites para llegar a un acuerdo. Pero, preferiblemente, se querría dejar zanjado el problema antes los de los comicios autonómicos de mayo en Irlanda del Norte.

Paradójicamente, Truss hizo en su día campaña por la permanencia en la UE. No por convicción, sino porque pensaba que sería la opción ganadora. Pero tras el triunfo del Brexit, no tardó en cambiarse de bando y, llegado el momento, fue una de las primeras que mostró su apoyo a Johnson cuando éste se postuló como candidato para liderar el partido.