Mayoría inesperada
Costa, vía libre para gobernar Portugal con «poder absoluto»
El líder socialista prevé aprobar por trámite urgente los Presupuestos que tumbaron su Gobierno en octubre
Ha prometido diálogo, pero todos son conscientes de que no le hace falta. Exactamente como quería. El socialista Antonio Costa comienza este martes el protocolario proceso para acabar siendo designado formalmente primer ministro de Portugal, y formar Gobierno en lo que se prevé sea uno de los procesos más breves de la historia democrática lusa, gracias a esa mayoría absoluta conseguida en las elecciones de este domingo, en las que ha cosechado el 41,7% de votos, y 117 de los 230 escaños del Parlamento, uno más de los que le garantizan poder absoluto durante los próximos cuatro años.
El presidente portugués, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, uno de los grandes contrariados con el resultado según los analistas –apostó claramente por un bloque central entre Rui Rio y Costa– comienza sus reuniones con todos los partidos con representación parlamentaria y se espera que el miércoles, al término de la misma, pueda anunciar ya oficialmente lo que todo el país sabe: que Costa será primer ministro. Ajustar los tiempos al jueves, aunque razonable, hará que se enmarque alguna ceja.
En todo caso y vistos los plazos, la última semana de febrero se perfila como la más probable para que Costa tenga ya constituido su Gobierno, que tiene como primera tarea aprobar unos Presupuestos para este 2022, después que el proyecto inicial fuese tumbado y, con ello, se convocasen estas elecciones legislativas anticipadas. La previsión es que recicle ese texto, dada la urgencia, pues no se empezarían a aplicar hasta bien entrada la primavera dados los plazos de tramitación, y también porque era la propuesta en que confiaba el primer ministro luso para sacar al país del atolladero de la pandemia.
La duda ahora es cómo se hará esa y otras tramitaciones. Costa, que había dilapidado su imagen de negociador en los últimos años por sus constantes desencuentros con quienes eran sus socios, el marxista Bloco de Esquerda y el Partido Comunista, cuenta ahora con una vía libre inesperada hasta para los propios socialistas. No es que no tenga que depender de los socios, es que también carece de oposición, con un PSD en estado de «shock» al pasar del empate que preveían las encuestas a cosechar uno de sus peores resultados, con 29% de votos y 76 escaños. Un desastre al que se teme que no sobreviva su líder, Rui Rio.
Con una más que previsible guerra civil en el centro derecha, Costa tendrá por delante meses plácidos. «Voy a dialogar con todos», prometía en la resaca de la noche electoral, afirmando que lo logrado no le otorgaba un «poder absoluto», aunque pocos analistas lo creen.
En el día después en Portugal pocas reacciones se transmiten, indicio de que todos siguen digiriendo. Solo otro protagonista, además de Costa, celebra: el ultraderechista André Ventura, que queda en tercera posición cumpliendo así su meta con un espectacular 7,2% de los votos (obtuvo 1% en las legislativas de 2019), lo que le permite a su partido,Chega, pasar de uno a doce diputados. Todo un grupo parlamentario lleno de jóvenes desde los 24 años cuyos nombres empiezan a ganar ya notoriedad en medios. La próxima legislatura promete ya muchos más momentos televisivos.
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