"Partygate"

Scotland Yard interrogará a 50 empleados de Downing Street

Dimite la jefa de Policía en medio de la investigación del Partygate. Major acusa a Johnson de dañar la reputación de Reino Unido

El escándalo del “Partygate” da un paso más tras conocerse que Scotland Yard interrogará a más de 50 personas en Downing Street para recabar datos sobre las fiestas celebradas en pleno confinamiento. Y, entre ellos, podrían estar el propio Boris Johnson y su esposa Carrie, así como los asesores directamente implicados. Como parte de la “operación Hillman”, la Policía mandará esta semana un cuestionario a los afectados que deberá ser cumplimentados en el plazo de siete días y “siempre haciendo honor a la verdad”.

De momento, las pesquisas policiales -que no tienen fecha concreta para concluir- están centradas en doce eventos ocurridos entre mayo del 2020 y abril del 2021. En cualquier caso, no descarta ahora investigar otro sucedido el 15 de diciembre de 2020, después de que el tabloide “The Mirror” haya publicado esta semana una nueva fotografía donde se veal primer ministro con parte de su equipo bebiendo champán. Algunos asesores llevan guirnaldas e incluso gorros de papa Noel, por lo que es difícil justificar que era una reunión de trabajo.

No obstante, habrá que ver ahora cómo afecta a la “operación Hillman” la dimisión de la responsable de Scotland Yard, Dame Cressida Dick, que esta tarde anunció que presentaba su dimisión después de haber recalcado previamente por la mañana que no tenía intención de hacerlo. Cressida, la primera mujer en ponerse a cargo del cuerpo de policía más famoso del mundo, ha enfrentado múltiples controversias durante su carrera a lo largo de los últimos cuatro años.

Pero la gota que colmó el vaso fue cuando, la semana pasada, el organismo de control de la Policía informó sobre misoginia, discriminación y acoso sexual “vergonzosos” entre algunos agentes. En un comunicado, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, dijo que “no estaba satisfecho” con la respuesta de Cressida, por lo que ésta considera ahora que le ha retirado el apoyo a su liderazgo.

Entre otros, la Policía Metropolitana también ha enfrentado críticas por no investigar antes el “Partygate”. Si concluye ahora que se violaron las reglas de la covid “sin una excusa razonable”, se podrán imponer multas personales a partir de las 100 libras. Pero llegado a este caso, Johnson ya ha avanzado que no dimitirá.

De momento, el “premier” se agarra con uñas y dientes al poder. Pero su puesto está cada vez más cuestionado. Ha perdido el apoyo en la calle, la autoridad entre gran parte de sus propias filas e incluso la confianza de algunos de los mayores donantes del Partido Conservador.

En medio de la polémica, el ex primer ministro conservador John Major -quien nunca ha mostrado especial simpatía por el actual inquilino de Downing Street- atacó ayer a su colega “tory” por haber erosionado la imagen pública del Ejecutivo con sus “desvergonzadas excusas”.

En un feroz y amplio ataque, señaló que Johnson había enviado regularmente a sus ministros a “defender lo indefendible”, considerando la verdad como “opcional” y que estaba empañando gravemente la reputación de Reino Unido en el extranjero con una “diplomacia de megáfono” de estilo populista. “Eso ha hecho que se perciba al Gobierno con sospecha de manera colectiva”, lamentó en su discurso en el reputado “think Tank” Institute for Government. “Las mentiras descaradas generan desprecio”, apuntó.

Cuestionado por si un primer ministro debe dimitir en caso de que se demuestre que rompió las normas, Major respondió: “Así ha sido siempre”. Es más, apenas sin disimularlo, lanzó un reto a los propios diputados “tories” para que destituyeran al actual mandatario, recalcando que el Parlamento “tiene el deber” de actuar ante las amenazas a la confianza y a las instituciones.

“El primer ministro y nuestro actual Gobierno no solo desafían la ley, sino que también parecen creer que ellos, y solo ellos, no tienen por qué obedecer las normas, tradiciones y convenciones de la vida pública”, sostuvo el ex líder conservador, que no tuvo ningún reparo a la hora de decir que Johnson había violado las reglas del confinamiento. “La acusación de que hay una ley para el Gobierno y otra para todos los demás es políticamente mortal, y es algo que ha calado”, agregó.

Durante una visita a Polonia, Johnson fue preguntado por los periodistas sobre las graves acusaciones de que ha dañado la reputación internacional de Reino Unido. “Eso es demostrablemente falso”, afirmó el “premier”, que esgrimió que Londres está jugando un papel clave para “unir” a los países occidentales frente a las amenazas rusas en Ucrania. Un portavoz oficial de Downing Street declinó por su parte comentar el discurso de Major: “La gente es libre de ofrecer sus propias opiniones”, se limitó a señalar.

La censura del antiguo jefe de Gobierno conservador vuelve a poner en el foco las críticas internas a Johnson desde diversas facciones de su propio partido, que amenazan con convocar un desafío a su liderazgo.