Accidente nuclear
La conmovedora historia de Mariyka, la joven que logró sobrevivir en Chernóbil
Su madre desobedeció a las autoridades y consiguió criarla en una zona donde estaba totalmente prohibido vivir
Nacida en 1999, trece años después de la fatal explosión de Chernóbil, Mariyka es la única persona criada en la zona de exclusión tras el desastre del reactor cuatro de la central nuclear. Ella nació en una zona cercana, y pese a haber transcurrido tiempo desde el desastre nuclear, el hecho de que una niña fuera nacida y criada en la región fue objeto de gran controversia en la época.
Hija de Lydia Sovenko, por entonces mayor de la cuarentena, y Mikhail, uno de los bomberos que trabajó la noche de la explosión aquel 26 de abril de 1986, su nacimiento despertó el el recelo de las autoridades ucranianas. Ucrania trató de ocultar su nacimiento, ya que ahí no estaba permitido que nadie naciera. Lydia aseguraba que recibía “amenazas y humillaciones” porque querían “forzarlos a abandonar su casa”.
Pero ella decidió desobedecer, y crio a su hija. La familia continuó viviendo allí pese a las críticas. Con alimentos como leche que provenía de una vaca que pastaba en pastos contaminados o peces de los ríos de la región., conseguía alimentarla.
“Si la gente piensa que es una mutante o tiene dos cabezas, están bastante equivocados. Es una niña encantadora y está absolutamente sana por lo que podemos ver”, aseguraba Lydia, en una entrevista en 2019 al diario Sunday Express.
Desde que tenía siete años, Mariyka tuvo que vivir a tiempo parcial fuera de Chernóbil para ir al colegio. Aún con todo, la niña sufría la soledad de vivir en una zona restringida a las visitas. Sin nadie, no tenía amigos con quién jugar y deseaba que hubiera alguien más, según relataba a otra entrevista, también a este medio, pero en 2006.
Ahora, se forma en educación superior y espera trabajar en el sector de la hostelería en un futuro. Vive alejada de Chernóbil, aunque vuelve ocasionalmente para visitar a su madre, que todavía vive allí. “Estoy bien, estoy trabajando. Me hago cargo de mí misma, eso es todo”. Por otro lado, una de sus amigas relata que ella ve ser la única que se ha criado allí “como un estigma”.
Muchos críticos siguen asegurando que la decisión de criar a Mariyka allí fue una irresponsabilidad. En cambio, Lydia prefiere ver a su hija como “un símbolo del renacimiento de Chernóbil.
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