El primer ministro húngaro Viktor Orban ha estado vetando durante el último mes el sexto y último paquete de sanciones. Tras el paso de este miércoles, Hungría es el único país que todavía no ha recibido la luz verde por parte de Bruselas del paquete de rescate post pandemia, debido a su deriva autoritaria. En el caso de Países Bajos este trámite no se ha producido porque todavía no ha presentado el plan.

Tras conseguir que el petróleo que llega a través de oleoducto quede exento de castigo , el mandatario magiar no se ha conformado con esta cesión y este pasado miércoles siguió bloqueando la inclusión del patriarca ortodoxo ruso, Kirill dentro de la lista de sancionados, lo que obligó a postergar el acuerdo hasta hoy, ya que es necesaria la unanimidad de los Veintisiete.

El Parlamento Europeo ha decidido prohibir la entrada representantes de empresas rusas en un paso de la institución por cortar relaciones con el entorno del Kremlin, según ha confirmado la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola.

“Con efecto inmediato, los representantes de empresas rusas no podrán entrar en las instalaciones del Parlamento Europeo”, ha informado Metsola en un mensaje en Twitter. “No debemos permitir ningún espacio para difundir propaganda y narrativas falsas y tóxicas sobre la invasión rusa”, ha añadido la ‘popular’ maltesa, recalcando que la UE debe permanecer “unida y firme” contra los autócratas.

Finalmente, Orban se ha salido con con la suya y los embajadores europeos apoyaron  por unanimidad el último paquete de sanciones sin que el religioso, abiertamente pro Putin, aparezca en la lista negra europea. Después de que esto sea refrendado por los Veintisiete  por procedimiento escrito, entrarán en vigor los nuevos castigos que incluyen un embargo parcial del crudo del 90% y la desconexión del sistema de pagos SWIFT del banco Sberkank, el mayor del país, además de la prohibición de exportar a Rusia productos químicos y de alta tecnología y el veto a tres medios de comunicación involucrados en la difusión de propaganda pro- Kremlin.

Después de los intentos sin éxito de excluir a lobistas rusos del registro de transparencia, la Eurocámara vetará la entrada de todos sus edificios institucionales a personas vinculadas a compañías rusas.

La iniciativa parte del grupo de los liberales, que defienden que esta medida limitará la capacidad de influencia de aquellos que promueven la guerra en Ucrania y piden que otras instituciones europeas sigan este ejemplo.

“Hoy lo hacemos oficial y claro. No hay hueco para lobistas rusos en el Parlamento. No pueden continuar interfiriendo en la forma en la que damos forma a nuestras futuras decisiones”, ha defendido la vicepresidenta del Parlamento Europeo, Dita Charanzova.