Sanciones
Bruselas advierte a Polonia de que el desbloqueo de los fondos europeos está condicionado
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Las relaciones entre Bruselas y Polonia se adentran en una era de deshielo en la que todo indica que la guerra en Ucrania ha tenido mucho que ver. La presidenta del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen viajó a Varsovia un día después de que la Comisión Europea diese luz verde al fondo de recuperación post- pandemia de 35.400 millones de euros. Un paso que llevaba bloqueado desde hace una año debido a lo que Bruselas considera una deriva autoritaria por parte del país, sobre todo en el plano de la independencia judicial.
La semana pasada el Ejecutivo polaco dio el primer paso para dar marcha atrás en el desmantelamiento de la cámara disciplinaria de los jueces y el colegio de comisarios decidió dar un voto de confianza que, sin embargo, ha sido polémico. Asociaciones de derechos humanos aseguran que este gesto por parte de Varsovia es tan sólo cosmético y esta mismo análisis es compartido por parte del hemiciclo europeo y algunas capitales.
Como modo de demostrar que esto no es un cheque en blanco, von de Leyen aseguró que el dinero contante y sonante tardará en llegar hasta que las promesas se conviertan en realidades y que las sucesivas transferencia de dinero estarán condicionadas a que Polonia cumple con los pactado.
“La UE seguirá atentamente la evolución de las reformas polacas en tres puntos: liquidación de la Cámara Disciplinaria, readmisión de jueces destituidos y reforma del sistema judicial”, advirtió la política alemana quién, por otra parte, alabó la solidaridad demostrada por Polonia en la acogida de refugiados ucranianos (3,5 millones ) y su papel en la respuesta europea a la guerra ya que, además, Varsovia está coordinando el envió de armas para auxiliar a la antigua república soviética y se ha negado a ceder al chantaje ruso de pagar el gas en rublos, aunque esto le haya acarreado el corte de este hidrocarburo por parte de Moscú.
Precisamente la falta de tibieza ante Vladimir Putin ha ocasionado una brecha entre Polonia y Hungría, dos países con muchas cosas en común en el pasado como su rechazo a la acogida de refugiados sirios y sus problemas con Bruselas por su deriva autoritaria. Todo indica que en la capital comunitaria esta falta de sintonía es vista como una oportunidad para establecer puentes con Varsovia.
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