Dinamarca entierra el tabú de la defensa europea

“Había una Europa antes del 24 de febrero, antes de la invasión rusa, y hay otra Europa después”, explicaba la noche del miércoles la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, tras conocerse el resultado del histórico referéndum que acaba con 30 años de exclusión voluntaria del país nórdico de la política de defensa de la UE. “Esta noche Dinamarca ha enviado una señal muy importante. A nuestros aliados en Europa y la OTAN, y al [presidente ruso Vladimir] Putin. Estamos demostrando que cuando Putin invade un país libre y amenaza la estabilidad en Europa, los demás nos unimos”, aseguró la líder socialdemócrata, que convocó el referéndum apenas dos semanas después de la invasión rusa de Ucrania.

En opinión de Christine Nissen, investigadora en política exterior del Instituto Danés de Estudios Internacionales (DIIS), “la guerra de repente se acercó, Europa se acercó en el autobús y tenía menos sentido que Dinamarca estuviera fuera”. “No hay duda de que nunca hubiéramos obtenido este voto si no hubiera sido por la guerra en Ucrania”. añade.

En efecto, ese 24-F ha supuesto una verdadero punto de inflexión para la política exterior de varios países europeos que contemplan cómo el neoimperialismo ruso amenaza su seguridad nacional y la de todo el continente.

Primero fue Alemania, cuyo canciller, Olaf Scholz, anunció en una sesión extraordinaria del Bundestag una inversión de 100.000 millones de euros para modernizar su maltrecho Ejercito y alcanzar el 2% de gasto en defensa. El Gobierno alemán, con el apoyo entusiasta de los ministros verdes, decidió romper un tabú que perduraba desde la Segunda Guerra Mundial y enviar armamento a países en guerra, en este caso a Ucrania para defenderse de la invasión de Rusia. “Creo que no se debe subestimar la importancia de Alemania en la política danesa”, asegura a la BBC Kristian Soeby Kristensen, del Centro de Estudios Militares de la Universidad de Copenhague.

Pero por su cercanía a Rusia, sin duda el mayor terremoto geopolítico se ha producido en los países nórdicos. Suecia y Finlandia, que durante décadas han basado su política exterior en el no alineamiento militar, presentaron en mayo sus candidaturas a la OTAN como forma de disuadir a Rusia de una agresión militar.

Tradicionalmente un país euroescéptico desde que se unió a la Comunidad Europea en 1973, Dinamarca rechazó en referéndum por estrecho margen, un 50,7%, el Tratado de Maastricht en 1992 y abrió la primera de una larga lista de crisis comunitarias a consecuencia de reveses en plebiscitos. A condición de ratificarlo un año más tarde el tratado, Copehague arrancó a sus socios europeos un protocolo con cuatro cláusulas de excepción. Gracias ello Dinamarca, se ha mantenido al margen desde entonces de la unión económica y monetaria -es decir, el euro-, la cooperación judicial y policial, la defensa y la ciudadanía europea.

“Nuestra relación con la UE es que creemos que está bien si podemos sacar algo de ella. Pero no queremos que la colaboración sea demasiado estrecha y extensa. Y no queremos perder soberanía para nada”, explica Nissen. De hecho, a un año de las elecciones, ni el Gobierno ni los partidos de la oposición se plantean someter a referéndum las otras tres excepciones danesas.

Como consecuencia, Dinamarca no forma parte ni en la Agencia Europea de Defensa ni participa en la cooperación permanente de la UE para proyectos militares, la conocida como PESCO, con 60 iniciativas en marcha. Su Ejército, por ello, solo ha podido tomar parte en misiones civiles. En la media docena de operaciones militares que han contado con soldados daneses ha sido bajo bandera de la ONU o la OTAN.

En el centro de la toma de decisiones

A partir del 1 de julio, el país nórdico se integrará de forma efectiva en la cooperación de defensa de la UE para contribuir activamente en la seguridad europea. “Los daneses han hablado. Ahora podemos participar plenamente en la cooperación europea en materia de seguridad y defensa. Y así asumir una mayor responsabilidad por la seguridad de nuestra propia área inmediata”, subraya el ministro de Exteriores, Jeppe Kofod, “Es un paso bueno e importante. La cohesión en Europa es la mejor respuesta que podemos dar en la situación en la que nos encontramos”, explica.

Con todo, las autoridades aún tienen que cotejar en qué misiones se involucrarán. “No es que mañana estemos listos para enviar soldados cualificados a los Balcanes”, explica la primera ministra. “Requiere una consideración muy cuidadosa, que debe conciliarse con nuestros compromisos con la OTAN y otras tareas”. Según el ministro de Defensa, Morten Bødskov, “el Gobierno cree que Europa debe asumir una mayor responsabilidad por su propia seguridad, y esto también significa que Dinamarca contribuirá”. Entre las siete operaciones militares que mantiene en marcha la UE, la de Bosnia-Herzegovina y la de Somalia son las que suscitan más apoyo entre los partidos daneses, con los que el Gobierno se ha comprometido a que el gasto militar alcance el 2% del PIB en 2033, lo que supondrá un gasto adicional de 18.000 millones de coronas (2.400 millones de euros) al año.

Desde el Ejército, se alerta de que las Fuerzas Armadas daneses están al límite para desplegar soldados en otras misiones internacionales. Según Niels Tønning, presidente de la Organización Principal de Oficiales de Dinamarca, las Fuerzas Armadas danesas ya están al límite de su capacidad. Asumir una nueva misión, como enviar soldados a los Balcanes, requerirá retirar soldados de otras asignaciones activas. En declaraciones a la agencia de Ritzau, Tønning asegura que es probable que las misiones de la UE sean “más blandas” que las misiones de la OTAN y puso como ejemplo misiones de desarrollo de capacidades, tareas de protección, desminado y de mantenimiento de la paz.

En Bruselas, las instituciones europeas no ocultan su satisfacción por un resultado que califican abiertamente de “histórico”. En 30 años, es la única vez que un referéndum acaba con una de los cuatro “opting out” daneses al Tratado de la Unión Europea. En 2000, fracasó el intento de integrarse en el euro y en 2015 los daneses rechazaron sumarse a la cooperación policial y judicial.

Según fuentes comunitarias, “cuando el Gobierno danés haya informado formalmente a los otros Estados miembros sobre su decisión, en línea con sus provisiones constitucionales, daremos los pasos necesarios rápidamente para asegurarnos de que Dinamarca pueda participar plenamente en todos los aspectos de la Política Común de Seguridad y Defensa”. Bruselas cree que Copenhague pude interesarse por la cooperación naval y por aportar fuerzas a misiones militares en curso. “Estamos absolutamente abiertos a las contribuciones danesas. En el caso de algunas misiones, tenemos problemas de personal y dependemos de las contribuciones de países terceros. Corresponderá a Dinamarca decidir sobre cómo quiere contribuir”, aseguran las mismas fuentes a Efe.