Guerra

La tragedia del joven marroquí condenado a muerte por la república de Donetsk

Brahim Saadoun, de 21 años, fue capturado por las fuerzas rusas mientras combatía en las filas del Ejército ucraniano en Mariúpol

Brahim Saadoun
Brahim SaadounLa Razón

“Salam, mamá, salam, papá. No os preocupéis. Todo va a estar en orden… He hecho lo que quería en mi vida”. Con laconismo y frialdad se dirigía Brahim Saadoun, cabeza rapada y uniformado de azul, a sus progenitores a través de las cámaras de una cadena estatal rusa. Es, probablemente, la única posibilidad de tendrá de dirigirse a los suyos. El joven marroquí de 21 años ha sido condenado a muerte por la corte suprema de la autoproclamada República Popular de Donetsk, en el Donbas ucraniano, por considerarlo “mercenario”. Combatía en las filas del Ejército ucraniano cuando fue capturado el pasado mes de abril, junto a dos ciudadanos británicos, por las fuerzas rusas cerca de Mariúpol.

Todo comenzó con la llegada hace tres años del joven de Mequínez a Ucrania para estudiar ingeniería aeronáutica en el Instituto Politécnico de Kiev. Un año más tarde, y tras haber recibido formación militar durante un año, Saadoun adquiere la nacionalidad ucraniana. En noviembre del año pasado, antes del comienzo de la guerra, firma un contrato de tres años en el Ejército ucraniano.

Hasta aquí las certezas. ¿Cuáles fueron las motivaciones que impulsaron a este joven estudiante a ingresar en las filas ucranianas? ¿Cómo obtuvo la nacionalidad ucraniana en un año? ¿Fue forzado a ir al frente? A juzgar por los testimonios de sus amigos, Saadoun era consciente de lo que hacía. “El verano pasado quería entrar en el Ejército ucraniano y morir como un héroe”, relataba su amigo Dmytro, 20 años, a la cadena británica Sky News.

Saadoun es uno de los primeros extranjeros en haberse enrolado en las filas del Ejército ucraniano en ser condenado a muerte en la República de Donetsk. Su padre, gendarme retirado, afirma que su hijo fue obligado a unirse a las tropas ucranianas como traductor dado las competencias lingüísticas del joven (ruso, inglés, árabe, francés y bereber) condenado a muerte. En una entrevista con el semanario Maroc Hebdo –que dedica al caso su último número-, Tahar Saadoun aseveraba que su hijo “no puede en ningún caso ser considerado un mercenario”. “Es un prisionero de guerra y debe ser tratado en consecuencia, de acuerdo a las convenciones internacionales en la materia”, explicaba admitiendo vivir “una pesadilla”.

División y desconcierto Marruecos

La captura y condena a muerte de Brahim Saadoun ha saltado en los últimos días con fuerza a las primeras páginas de diarios y digitales marroquíes. El joven es objeto de un apasionado y polarizado debate en las redes sociales entre quienes creen que su país debería implicarse

en su ayuda y quienes creen que el joven dio definitivamente la espalda a su patria de origen –aunque el joven conserva la nacionalidad marroquí- e incluso religión. Las asociaciones en favor de los derechos humanos en Marruecos tratan en las últimas fechas de movilizarse para evitar la tragedia. El Consejo Nacional por los Derechos Humanos de Marruecos (CNDH) anunciaba por medio de su presidenta en las últimas horas estar trabajando para que el joven pueda ser objeto de un juicio justo y poder así salvar su vida. Por su parte, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) ordenó el pasado jueves a Rusia que impida la ejecución del joven.

Por el momento el Gobierno marroquí, que ha mantenido una posición equilibrada en el conflicto –evitando posicionarse con claridad contra Rusia- no han hecho mención pública alguna al caso, salvo una reacción atribuida por varios medios locales, incluida la agencia MAP, a la Embajada del país magrebí en Kiev. “Fue capturado portando el uniforme del Ejército del Estado ucraniano, en tanto que miembro de una unidad de la Marina (…) En sus declaraciones, el interesado ha confirmado haberse enrolado, por voluntad propia, en el Ejército ucraniano. Su padre ha confirmado que dispone de la nacionalidad ucraniana”. Si nada lo impide, un pelotón de fusilamiento terminará con la vida de Brahim Saadoun en Donetsk.