Crimen organizado
Suecia cierra en 2022 con un récord de tiroteos mortales
En el país nórdico han muerto 62 personas por arma de fuego, un 38% más que en 2021
Cuando una persona importante en el mundo criminal recibe un disparo mortal, el crimen puede desencadenar una espiral de violencia. Y ese círculo vicioso está viviéndolo Suecia. “Un tiroteo significa un gran riesgo de nuevos tiroteos en las próximas semanas, ya que probablemente haya una contraparte que quiera venganza”, aseguró a la agencia de noticias TT Manne Gerell, investigadora de violencia de pandillas en la Universidad de Malmö.
Un tiroteo fatal en Rinkeby el día de Navidad fue el número 62 en el país nórdico durante 2022. El aumento de conflictos mortales está en un nivel históricamente alto, alertaba Gerell.
“Tenemos un aumento del 38% con respecto al año pasado y del 30% con respecto al peor año que hemos registrado. Es raro ver cambios tan grandes. Si bien son números bajos, de 45 a 62, es un aumento muy grande”, agrega la experta.
No hay una respuesta clara de por qué tantas personas han muerto a tiros este año. Una hipótesis es que las pandillas han sido presionadas por las grandes operaciones que la Policía ha llevado a cabo contra el narcotráfico en el país. “Algo ha pasado. Ha empeorado, pero es difícil decir por qué”, explica Gerell.
Según informes de los medios suecos, el hombre que fue asesinado el día de Navidad era una persona clave en un grupo de pandillas criminales en Rinkeby. El asesinato de una persona así puede generar un vacío y una pregunta sobre quién asumirá el cargo en la pandilla.
“Cuanto más importante es una persona en el mundo criminal, mayor es el riesgo de consecuencias cuando desaparece. En el área de Järva, un par de personas muy activas en los conflictos terminaron en prisión, y esa puede ser una de las razones por las que ha estado bastante tranquilo el año pasado”, señala Gerell.
Pero el hecho de que el líder de una pandilla termine en prisión también puede generar conflictos mayores, señaló Gerell. La investigadora destaca que la Policía ha tenido dificultades para detener a los delincuentes por delitos violentos. En cambio, usaron el tráfico de drogas como una forma de enjuiciar a las personas y, por lo tanto, sacarlas de la calle. Esto, a su vez, puede conducir a más batallas entre las personas que quieren hacerse cargo.
El nuevo Gobierno conservador del primer ministro Ulf Kristersson ha situado la lucha contra las pandillas criminales como una de las prioridades de su mandato. Para ello, promete aumentar las penas para los delincuentes y expulsar del país a los pandilleros que no sean suecos. La violencia de las bandas, explicó, “daña la confianza en la que se basa la sociedad sueca, y es una amenaza mayor para el contrato social que cualquier otra persona activa en la política sueca que haya experimentado”.
Con todo, el líder conservador advirtió de que las medidas más duras no tendrían resultados inmediatos: “Va a haber mucho conflicto cuando el poder de las bandas criminales se vea amenazado. Podría empeorar antes de mejorar”, alertó.
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