Alemania

Un mal presagio para el Gobierno de Merz

La caótica investidura del líder cristianodemócrata como nuevo canciller de Alemania revela desde el primer momento la inestabilidad de la Gran Coalición con el SPD

La llegada a la Cancillería del democristiano Friedrich Merz está siendo un auténtico calvario antes de que empiece a gobernar si quiera Alemania. Ya en las elecciones la CDU/CSU quedó por debajo de la barrera del 30% de votos, el peor resultado desde el nacimiento de la República Federal en 1949.

El crecimiento de la ultraderechista Alternativa para Alemania (Afd), con más de diez millones de votos y 152 diputados, no dejó otra salida a Merz que negociar una Gran Coalición con los socialdemócratas del SPD apenas cuatro años después de haber concluido la última de las tres encabezadas por Angela Merkel, su gran enemiga política.

La propia excanciller pudo contemplar este martes desde la tribuna del Bundestag que su sucesor, aquel hombre que la despreciaba hace 25 años, era humillado al no conseguir los apoyos necesarios en una investidura que, aparentemente, era un mero trámite. Dieciocho diputados de la mayoría (CDU/CSU y SPD) votaron en contra o se abstuvieron. Una situación inédita en la Alemania contemporánea y que obligó a improvisar otra segunda votación para, ahora sí, investir a Merz como décimo canciller de la Alemania federal por 328 votos a favor y 289 en contra.

Esta caótica elección pone de manifiesto desde el primer día la inestabilidad de una pequeña Gran Coalición que apenas suma el 45% de los votos, frente a casi el 70% de la de Merkel. Un presagio funesto para una Alemania que enfrenta, al mismo tiempo, tres retos sobresalientes: la recuperación económica tras tres años de recesión, la inestabilidad internacional provocada por la vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y un partido de la oposición, la AfD, clasificado como “extremista” por los servicios de inteligencia, a la cabeza de los sondeos. El éxito o fracaso de Merz no será solo el de Alemania, sino el de Europa entera.