Oriente Medio
El reconocimiento del estado palestino divide a Francia
La comunidad judía francesa lamenta que la decisión de Macron legitima a Hamás en medio del creciente antisemitismo
Las ovaciones que Macron se llevó el pasado lunes con su discurso de reconocimiento del estado palestino en la ONU en Nueva York están siendo mucho más tibias en Francia, en parte por una división trazada desde hace tiempo entre partidarios y detractores tanto en la clase política como en la opinión pública francesa. Una división que no es nueva, ya que el anuncio del presidente se produjo antes de verano.
El 53% de los franceses apoya la decisión según un sondeo de Elabe para BFMTV que subraya las diferentes causas que aglutinan el 47% restante que se define en contra del reconocimiento, algunos de forma radical, otros de forma condicional por el momento en que se produce. Unas cifras que plasman con bastante fidelidad lo que también exponen los diferentes grupos políticos en la Asamblea Nacional. Mientras que la izquierda (86%) y el centro de Macron (70%) son bastante unánimes en aplaudir la medida, la ultraderecha la condena con un 78% de opiniones desfavorables. Y en la derecha clásica existe una división total al 50%. En líneas generales el sondeo muestra que los jóvenes son mucho más favorables a su adopción.
Un centenar de alcaldes de izquierda han decidido lucir la bandera palestina en sus ayuntamientos coincidiendo con el reconocimiento hecho por Macron en la ONU en una iniciativa impulsada por el secretario general de los socialistas, Olivier Faure, que lleva días levantando polémica. El ministro del Interior en funciones, Bruno Retailleau, ha ordenado a los prefectos que cumplan a rajatabla con el ordenamiento que establece que sólo las banderas de Francia y de la Unión Europea pueden lucir en los ayuntamientos del país. Algo cierto pero que crea controversia por el precedente de Ucrania, cuando muchas alcaldías decidieron hacer algo parecido sin que existieran represalias de Interior. Aún con todo, ciudades como Nantes, Rennes o Saint Denis, todas gobernadas por la izquierda, han decidido plantar un pulso a Retailleau mostrando las banderas palestinas en las fachadas de sus consistorios.
El bloque de izquierdas en general, desde los comunistas a los ecologistas pasando por el PS, han saludado una “victoria”. El líder comunista, Fabien Roussel la ha calificado de “tardía pero victoria” al fin y al cabo. En contraste, es la ultraderecha de Marine Le Pen quien está expresando más oposición al reconocimiento acusando a Macron de hacer un regalo a Hamás. “Un regalo a Hamastán” ha sentenciado en redes Jordan Bardella, presidente del Reagrupamiento Nacional. Como en casi todo, los partidos tradicionales son los que tienen posiciones más matizadas en uno y otro lado, tanto algunos cargos del PS como de Los Republicanos. El PS aplaude pero Anne Hidalgo no ha querido colgar la bandera en el ayuntamiento de París y varias personalidades del partido subrayan la necesidad de la liberación de rehenes como condición indispensable para que el reconocimiento tenga una consecución en medidas como la apertura de embajada. En este sentido, los socialistas aparecen bastante alineados con Macron. Pero es en la derecha clásica donde este tema está causando más opiniones encontradas, conscientes de que su propio electorado también lo está.
Crítico también se ha mostrado el Consejo nacional de instituciones judías en Francia (CRIF). “Una falta moral, un error diplomático y un peligro político” ha calificado la institución la decisión francesa de reconocer a Palestina en un comunicado. Su presidente, Yonathan Arfi, ha señalado que “Hamás va a sacar beneficio de la decisión” y que van a consolidar la idea de que “su estrategia es la buena” y ha vuelto a remarcar el contexto de crecientes actos antisemitas en Francia en los últimos dos años, desde los ataques del 7 de octubre. Sin embargo, también existen voces disonantes entre la comunidad judía francesa. Es el caso del rabino Emile Ackermann, fundador de la Comunidad judía ortodoxa moderna en Francia, quien ha señalado que el reconocimiento es la “mejor forma de avanzar hacia la paz” y que, al contrario de de lo que dice el CRIF, la decisión va a “debilitar a Hamás” porque queda establecido que “el interlocutor va a ser la Autoridad nacional palestina” de Abbas. Para voces como la de Ackermann, la solución a dos estados que impulsa Francia es la única garantía para Israel. En cualquier caso la decisión de Macron tiene un impacto especial a nivel interno ya que Francia tiene la mayor comunidad judía en Europa.