Conferencia de Múnich
Zelenski insta a derrotar juntos al «Goliat ruso»:"Nos afecta a todos"
La Conferencia de Seguridad de Múnich arranca marcada por el conflicto de Ucrania, a una semana de cumplir un año. China participa entre los 150 países invitados, pero Rusia se ha quedado fuera
Hace un año, el presidente de Ucrania estuvo presente en la Conferencia de Seguridad de Múnich, cinco días antes de que Rusia agrediera a su país. En ese momento, advirtió con urgencia contra un ataque y pidió más apoyo occidental. Ayer, a través de una conexión en vídeo, y como inauguración de una cumbre cuyo objetivo es reafirmar el apoyo occidental a Ucrania, Volodimir Zelenski comparó a su país con el David bíblico que tiene que defenderse de un Goliat ruso. «Se ha hablado del David que a orillas del Dnipro lucha contra Goliat», dijo, para luego añadir: «Debo corregir algo: David no solo está a orillas del Dnipro sino también a orillas del Spree y del Sena» en alusión a los ríos de Berlín y de París. «No hay alternativa para nuestra victoria y no debe haber alternativa a nuestra determinación», afirmó el presidente ucraniano, tras agradecer a los Estados occidentales por la ayuda militar recibida a raíz de la agresión rusa contra su país.
Líderes políticos de casi 150 países se reúnen en Múnich hasta el domingo para intercambiar posturas y debatir sobre el tema de la seguridad mundial. Ningún representante de Moscú está invitado este año, lo cual supone una singularidad en una cumbre en la que el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, fue un habitual y en la que el propio Vladimir Putin formó parte. En 2007, el presidente ruso pronunció un discurso muy aclamado que inquietó a algunos, en el que acusó a Estados Unidos de luchar por algún tipo de dominación mundial. Christoph Heusgen, jefe de la conferencia de seguridad, explicó que la cuestión de invitar o no a Rusia se examinó intensamente, pero finalmente se decidió en contra. Según Heusgen, la guerra contra Ucrania fue una ruptura de la civilización. No querían que la mundialmente famosa conferencia de Múnich se convirtiera en una plataforma para la propaganda rusa.
La agenda se centra principalmente en el conflicto de Ucrania. Después de un año de guerra, la entrega de aviones de combate occidentales está en el centro del debate. El canciller Olaf Scholz, como anfitrión del evento, habló de «revisionismo» ruso en el sentido en que con la guerra el presidente ruso quiere acabar con con los principios básicos del derecho internacional mediante el uso de la fuerza bruta. Scholz además subrayó que la UE está unida como nunca y también en torno a la candidatura de Ucrania. Respecto a la OTAN destacó que tendrá dos nuevos miembros (en alusión a Finlandia y Suecia) y que miles de jóvenes rusos han pagado con su vida esta guerra y eso está volviendo a la gente en contra de Putin. El canciller alemán elogió la forma resuelta en la que Ucrania está defendiendo su libertad e hizo un llamamiento en favor de la entrega de tanques.
Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, tomó la palabra para reiterar su apuesta por la autonomía estratégica de Europa a pesar de las reservas de Alemania que prefiere afianzar el eje atlantista. «Si queremos la paz, debemos dotarnos de los medios» necesarios, declaró Macron en Berlín después de que Scholz hubiese coordinado con EE UU, en vez de con Francia, la entrega de los tanques pesados. El presidente francés se ofreció también a acoger en París una «conferencia sobre la defensa aérea de Europa» a la que invitaría a gobiernos continentales y también a representantes de la industria. Instó a los gobiernos europeos a invertir «masivamente» en Defensa para anticiparse a posibles amenazas, en un contexto marcado desde hace un año por la guerra de Putin. Macrón recordó que, pase lo que pase, Rusia siempre seguirá en suelo europeo, por lo que pidió tener en cuenta lo que ello supone. Respecto a Ucrania, igual que Scholz anticipó un «conflicto prolongado» y se mostró «listo» para asumir lo que ello supone en materia de esfuerzos. El presidente francés no cree que sea el momento de la negociación: «Rusia no puede ni debe ganar esta guerra y la agresión rusa debe fracasar. No se puede aceptar la banalización del uso de la fuerza».
Poco antes de la inauguración de la conferencia, el ministro de Exteriores de Zelenski, Dmytro Kuleba, aseguró a los medios alemanes que «estaríamos particularmente interesados en aviones de combate de Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania, ya que son los países con la mayor capacidad de producción y las flotas de aviones más grandes». Una demanda que, en cierta manera, fue respondida por el ministro alemán de Defensa, Boris Pistorius, que hizo un llamado al compromiso de los países socios para suministrar tanques a Ucrania. «Las conversaciones continúan, nunca pierdo la esperanza!, dijo Pistorius a su llegada a la conferencia. La voluntad básica está ahí, «tal vez algo se mueva».
El problema del tanque es una cuestión de disponibilidad. El Gobierno alemán está tratando «todos los días» de persuadir a los países socios para que entreguen más armas a Ucrania, según dijo Pistorius que, en primer lugar, quería hablar en Múnich con los representantes de Polonia y la industria de armamento sobre la reposición de municiones y repuestos para los tanques. Según Pistorius, los «Leopard 2» prometidos estarán en Ucrania a más tardar la última semana de marzo. Hasta entonces, y según este ministro, está «bastante seguro» de que Ucrania sería capaz de resistir la esperada ofensiva rusa.
Las tensiones entre Estados Unidos y China, exacerbadas por el vuelo de un globo chino en territorio estadounidense, también estarán presentes. China asegura que el globo era de uso civil y tomó represalias acusando a Estados Unidos de hacer volar globos sobre su territorio. El incidente llevó a Blinken a posponer su visita a China. El jefe de la diplomacia estadounidense coincide con su homólogo chino, Wang Yi, en Múnich. Asimismo, los países europeos, sobre todo Alemania y Francia, siguen esperando convencer a China, aliada de Moscú, de que presione al presidente Vladimir Putin para poner fin a la guerra. En Múnich se abre otra ventana.
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