Guerra Fría
Lo que sabemos del programa chino de espionaje con globos
Washington asegura que Pekín desarrolló un sistema de espionaje con aerostatos en decenas de países durante años
Si todo hubiera ido según lo previsto, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, podría haber aterrizado en China hace una semana y mantenido un tête-à-tête con Xi Jinping en Zhongnanhai, la versión pequinesa de la Casa Blanca. De este modo, Pekín y Washington habrían dado un paso muy necesario para enderezar el rumbo de unas turbulentas relaciones que desde hace tiempo sufren un grave deterioro, con acusaciones sobre el comercio y Taiwán, y una creciente tensión militar en el Mar de China Meridional.
El incidente ha supuesto un adiós a las promesas de "impulsar las relaciones" que Xi hizo al presidente estadounidense, Joe Biden, en su última cumbre en Bali el pasado noviembre. Sin duda alguna el aerostato ha demostrado su eficacia como irritante diplomático entre las mayores economías del mundo.
La aeronave llegó a sobrevolar Alaska, la costa oeste de Canadá y Estados Unidos, lo que provocó llamamientos inmediatos para que fuera derribado, pero Biden se mostró en un principio reacio a hacerlo, argumentando que podría perjudicar a la población civil. Finalmente, el globo errante fue abatido por un solo misil aire-aire A9X SideWinder, disparado por un F-22 Raptor de la Fuerza Aérea estadounidense frente a la costa de Myrtle Beach, Carolina del Sur.
Con la destrucción del aparato se pospuso indefinidamente la visita de Blinken. Para este último, las condiciones no eran "propicias" después de que un "acto irresponsable" cometido por China violara el espacio aéreo estadounidense, con lo que Washington considera un dirigible espía. Así pues, los planes previstos por los líderes de las mayores economías mundiales para apaciguar las aguas, saltaron por los aires, del mismo modo que lo hizo la aeronave.
Para colmo de males, Estados Unidos no tiene previsto devolver a Pekín los restos recuperados, ni siquiera cuando los expertos técnicos terminen de analizar las capacidades de vigilancia que llevaba a bordo. El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, aseguró que. "aprovecharán" cualquier parte del globo o de la carga útil rescatadas para aprender más sobre el misterioso sistema.
Con antenas para captar señales
Funcionarios estadounidenses apuntan a que el equipo a bordo era "incoherente" con lo que habría en uno meteorológico, ya que disponía de "múltiples antenas para incluir un conjunto capaz de recoger y geolocalizar comunicaciones" y que los paneles solares eran lo suficientemente grandes como para alimentar ese tipo de actividad de inteligencia.
Analistas militares y de inteligencia señalaron que la baja velocidad y la gran altitud a la que operan estos artefactos - a unos 80.000 pies de altura, muy por encima de los aviones comerciales- les permite grabar en una zona más amplia que los satélites en órbita y captar más detalles. A su vez son más difíciles de detectar que los drones metálicos o las aeronaves que utilizan equipos tradicionales contra la vigilancia, como el radar, mientras que pueden permanecer en el aire durante semanas, lo que proporciona una evaluación prolongada de la actividad sobre el terreno.
China lo calificó desde un principio de "dirigible civil" y "lamentó" que se hubiese desviado de su ruta impulsado por los vientos. Consideró la decisión de destruirlo "una clara reacción exagerada" merecedora de una protesta diplomática, ante lo que tildó de " abuso de la fuerza estadounidense al atacar una aeronave utilizada para investigaciones meteorológicas que había entrado de forma involuntaria en ese espacio aéreo".
Estados Unidos ha rechazado como rotundamente "falsa" la explicación china, afirmando que el aparato de 27,5 metros de ancho y cuya electrónica se alimenta de paneles solares, formaba parte de una flota de globos de este tipo utilizados para espiar a otros países. Apuntan a que no se trata de un acontecimiento aislado, dado que en la última década se han realizado al menos 40 vuelos de este tipo en todo el mundo.
De hecho, en febrero del año pasado se detectaron cuatro grupos de estos a gran altitud sobre el norte de Taiwán, donde se encuentran algunos de sus emplazamientos de defensa aérea más importantes. Ese mismo mes, la Fuerza Aérea estadounidense envió cazas para interceptar otro dirigible no tripulado frente a Kauai, una isla hawaiana que cuenta con un campo de pruebas de misiles clave.
En la prueba más sorprendente del uso militar de estratosféricos por parte de China, los medios de comunicación chinos, incluido el canal militar de la cadena estatal CCTV, informaron en septiembre de 2018 que un globo de gran altitud había probado misiles hipersónicos. Según un documento de investigación de la Academia China de las Ciencias, se trataba de modelos de vehículos hipersónicos de "amplio rango de velocidad", que pueden volar tanto por debajo como por encima de la velocidad del sonido.
En relación con el último incidente, el Pentágono afirma que solicitó una llamada telefónica entre el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, y el ministro de Defensa chino, Wei Fenghe, justo después de que el globo fuera derribado. China declinó la oportunidad de comunicarse. "Lo que ha hecho Estados Unidos ha socavado gravemente los esfuerzos y progresos realizados por las dos partes para estabilizar las relaciones entre ambos países” afirmó el viceministro de Asuntos Exteriores, Xie Feng, en los medios estatales chinos.
Jens Stoltenberg, por su parte, expresó la preocupación de los países de la OTAN por las supuestas actividades de espionaje chinas, recordando que Pekín había realizado grandes inversiones en los últimos años para adquirir nuevas capacidades militares y haciendo un llamamiento a la "vigilancia constante". Según el Washington Post, que cita a funcionarios estadounidenses anónimos, el programa de espionaje chino se lleva a cabo en parte desde la isla de Hainan. Los supuestos globos espía se han utilizado para vigilar instalaciones militares en Japón, India y Taiwán.
Como en la Guerra Fría
Algunos piensan que China sabía que el gigantesco aparato iba a ser descubierto fácilmente, y que ese era el verdadero propósito de enviarlo sobre la zona estadounidense: crear indignación y avivar la polarización política. Michel Juneau-Katsuya, antiguo jefe de la Unidad de Análisis Estratégico para Asia-Pacífico del Servicio Canadiense de Seguridad e Inteligencia (CSIS), opina que se trata de una venganza por el bochorno causado por la ayuda estadounidense a Taiwán y las visitas de alto nivel a la isla autónoma que reclama China.
Durante la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética se sirvieron de estos aparatos para vigilar sus respectivos ejércitos. Al carecer de propulsión, están sujetos a los caprichos de las corrientes de viento. Pero las versiones modernas de estos dispositivos de bajo coste pueden albergar cámaras, radares y aparatos de radio. Gracias a la enorme mejora de la tecnología satelital y a la proliferación de satélites espía en las últimas décadas, además del creciente uso de aviones no tripulados, los globos de vigilancia han quedado tecnológicamente obsoletos en gran medida. Aun así, siguen utilizándose, especialmente para la observación no militar.
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