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Un suicida kurdo explota un autobús de soldados
El atentado deja trece militares muertos y 56 heridos, entre ellos civiles, cerca de la Universidad de Kayseri. Erdogan culpa al PKK
El atentado deja trece militares muertos y 56 heridos, entre ellos civiles, cerca de la Universidad de Kayseri. Erdogan culpa al PKK
El terrorismo volvió a golpear ayer a Turquía con un atentado suicida contra un autobús civil en el que viajaban soldados de permiso, y que dejó trece militares muertos y otros 56 solados y civiles heridos en la ciudad de Kayseri. El ataque se produjo sobre las 8:45 hora local (6:45 hora española) cuando un conductor suicida hizo explotar un coche bomba junto a un autocar del servicio público cerca del campus universitario de Erciyes, en una avenida en la que también se halla un complejo de cuarteles militares.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, atribuyó la autoría del ataque a grupos rebeldes kurdos. «Queda totalmente claro el objetivo esencial de la organización terrorista separatista y de sus tácticas y los blancos de sus ataques: bloquear Turquía, meterle palos entre las ruedas, dispersar su fuerza y energía», sostuvo Erdogan en un comunicado. El Gobierno define como «organización terrorista separatista» a la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), calificada también como tal por la Unión Europea y EE UU.
El vicepresidente del Gobierno, Numan Kurtulmus, fue aún más directo y atribuyó la autoría al PKK: «Debemos tener en cuenta todas las posibilidades, pero las señales actuales apuntan al PKK», aseguró en una comparecencia. Kurtulmus informó de que el tipo de explosivo utilizado en el ataque es parecido al del atentado del sábado pasado en Estambul, en el que murieron 44 personas y cuya autoría se atribuyó los Halcones de la Libertad de Kurdistán (TAK), una escinsión radical del PKK.
«Que nuestro pueblo tenga por seguro que castigaremos el terrorismo» advirtió por su parte el ministro de Interior, Süleyman Soylu, tras anunciar que las autoridades conocen ya la identidad del autor material del ataque. Soylu señaló que la Policía detuvo ayer a siete sospechosos relacionados con el atentado y que hay orden de búsqueda y captura contra otras cinco personas. En la ciudad de Kayseri, en el centro de Turquía, se encuentra uno de los complejos militares más importantes del país, donde reciben entrenamiento las tropas que combaten el PKK en el sureste del país y las que participan desde el pasado agosto en una operación terrestre en Siria.
Tras el ataque, la sede del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) fue asaltada en Kayseri por un grupo de personas que destrozó y quemó el mobiliario y desplegó una enorme bandera de Turquía. La Policía dispersó a unos cien manifestantes reunidos frente al partido que gritaban: «Los mártires no morirán, la patria no será dividida». El Gobierno considera al HDP, el tercer partido del Parlamento, como brazo político del PKK, y en las últimas semanas ha detenido a cientos de sus miembros, entre ellos a sus máximos dirigentes.
300 muertos en 2016
También se registraron ataques contra las oficinas en Kayseri del socialdemócrata Partido Republicano del Pueblo, donde una muchedumbre llegó a golpear a varios miembros de las juventudes del partido que pudieron escapar gracias a un pasillo de seguridad creado por la Policía. Según periódicos locales, la Policía también logró evitar un ataque contra un dormitorio estudiantil kurdo. Tanto el CHP como el HDP condenaron el atentado de Kayseri. Se esperan concentraciones en varias ciudades del país para protestar contra los ataques tras la llamada a la movilización de Erdogan: «Lucharemos con decisión todos juntos», señaló en tono de advertencia. Este año 2016 se han producido numerosos atentados, tanto del grupo Estado Islámico como de grupos kurdos, que han dejado casi 300 muertos.
Efe
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