Entrevista

José Carlos Zamora: «La Fiscalía de Guatemala sigue controlada por una célula criminal»

El hijo del periodista recientemente puesto en libertad José Rubén Zamora asegura a LA RAZÓN que «creo que el presidente Arévalo está intentando hacer lo correcto y hacerlo conforme a la ley»

LONDRES, 21/10/2024.- José Carlos Zamora, hijo del periodista guatemalteco José Rubén Zamora, ofrece una rueda de prensa junto a Reporteros Sin Fronteras este lunes en Londres, después del anuncio de que este saldrá de prisión para ser puesto en arresto domiciliario. Zamora salió este sábado del cuartel militar del norte de la Ciudad de Guatemala, tras permanecer 813 días detenido en medio de un proceso judicial plagado de irregularidades y de que un juez le concediera el viernes la medida de...
José Carlos Zamora, hijo del periodista guatemalteco José Rubén Zamora, ofrece una rueda de prensa junto a Reporteros Sin Fronteras el 21 de octubre en Londres, después del anuncio de que este saldrá de prisión para ser puesto en arresto domiciliarioGuillermo GarridoAgencia EFE

Tras más de dos años de detención arbitraria en una pequeña celda sin apenas ver el sol y sometido a todo tipo de torturas psicológicas, el periodista guatemalteco José Rubén Zamora, de 67 años, reconocido a nivel internacional por destapar los casos de corrupción y violaciones de derechos humanos, ha sido puesto en libertad bajo arresto domiciliario. Un gran paso, aunque ahora deberá defenderse en un proceso plagado de irregularidades donde se le acusa, entre otros, de lavado de dinero. Su hijo, José Carlos Zamora, que al igual que sus hermanos y su madre se ha visto obligado a vivir exiliado en los Estados Unidos, celebra los avances realizados con el nuevo presidente Bernardo Arévalo de León, pero denuncia que aún existe una “célula criminal” que controla la Fiscalía. “Mi padre puede volver a ser encarcelado en cualquier momento”, explica a LA RAZÓN en un viaje a Londres, donde participó la semana pasada en un foro internacional sobre libertad de prensa.

¿Cómo se encuentra su padre tras salir de prisión el 19 de octubre?

Tanto él como la familia estamos felices y emocionados. Pude hablar con él y finalmente pudo tener una noche de paz y tranquilidad. Queda aún un largo camino por delante. Pero es un cambio radical. Ha estado encerrado en una celda de aislamiento 23 horas al día con solo una hora de sol en un pequeño patio. Ha estado expuesto a todo tipo de torturas. No lo dejaban dormir, le cortaban el agua… Poder estar ahora en su casa tranquilo y poder enfrentar esos procesos en libertad representa un cambio radical. Pero sabemos que existe la posibilidad de que inventen algo nuevo y lo vuelvan a encerrar. Está claro que es una opción y él está dispuesto a asumirla.

Toda la familia habéis tenido que salir del país. ¿Os seguís sintiendo amenazados?

Los últimos 30 años han sido una persecución constante con amenazas e intentos de asesinato. En 2003, secuestraron a toda la familia y nos mantuvieron encerrados por más de tres horas tirados en el suelo con fusiles de asalto apuntando en la cabeza. Todos eran miembros de las fuerzas de élite del Estado y había tanta impunidad que entraron en casa a cara descubierta. En 2008, secuestran a mi padre e intentan asesinarlo. Pero yo diría que estos dos últimos años han sido los más duros por la total incertidumbre.

¿Cuál es la relación que tienen con el actual presidente Arévalo?

Mi padre nunca ha hablado con él. Yo pude reunirme con él en el segundo aniversario de esta detención arbitraria y se comprometió a que no se iba a quedar de brazos cruzados. Nosotros le hemos entregado toda la documentación sobre el caso y las torturas. Todo ese material lo hemos presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y eso va a ir a la Corte Interamericana. Tenemos una demanda contra el Estado de Guatemala. Esperamos poder llegar a un acuerdo antes de que termine el proceso.

¿Le ha decepcionado el papel del presidente Arévalo en este caso desde que tomó el poder a principios de año?

Creo que el presidente Arévalo es un hombre genuinamente decente. Creo que está intentando hacer lo correcto y hacerlo conforme a la ley. Él no quiere interferir en los otros poderes, lo que es totalmente válido a menos que seas autoritario. Pero le pedimos que termine con esa célula criminal que sigue enquistada en la Fiscalía y un grupo de jueces dentro del Organismo Judicial. Mientras no se acabe con esta célula criminal, el país está de manos atadas y habrá más persecución política.

¿En qué consiste exactamente esa célula criminal? ¿Quién esta detrás? ¿Quién permite que siga existiendo?

En Guatemala hay algo a lo que llamamos el `pacto de corruptos´. Esto es algo enorme. Es casi como un estado. Su arma más útil es controlar la Fiscalía, que tiene el monopolio de la persecución criminal. La señora Consuelo Porras, al frente del ministerio público, fue elegida primero por el presidente Jimmy Morales y luego por Alejandro Eduardo Giammattei. Crearon un sistema perfecto para brindar la corrupción. De ahí las leyes para proteger a esta señora de tal manera que el actual presidente no puede destituirla. Tiene un mandato limitado, pero no termina hasta dentro de un año. Con el presidente Arévalo se están cambiando muchas cosas. Pero hay que terminar con esta célula criminal para encarrilarnos de nuevo hacia una democracia real.

¿Cómo está la libertad de prensa en Guatemala en este momento?

Creo que desde que hubo un cambio de gobierno en enero han mejorado las cosas. Pero el caso de mi padre creó un ambiente de miedo que puede llevar a la autocensura. Pero me da mucha esperanza y es muy motivador ver que, a pesar de las circunstancias, la prensa en Guatemala esté haciendo mejor periodismo que nunca. Siguen denunciando, siguen investigando y hay más colaboración que nunca. Eso es muy importante porque la unión hace la fuerza.

¿Cómo de importante es la presión internacional para que la situación de tu padre se resuelva?

Es muy importante. Todas las resoluciones jurídicas de Naciones Unidas, la Convención Interamericana, todas tienen mucho peso y dan herramientas para combatir esa célula criminal. Como familia estamos sumamente agradecidos con la prensa que ha seguido poniendo la atención en lo que pasa en Guatemala y en lo que pasa en el caso de mi padre. Es vital que el mundo no se olvide de que no se puede criminalizar, perseguir ni encerrar a periodistas.