Eurogrupo
Juncker volverá a ser candidato pese al escándalo de espionaje
Desacostumbrado a la inestabilidad política, Luxemburgo amaneció ayer con un primer ministro dimitido y un Gobierno en funciones, víctimas de un escándalo de espionaje. Tras reunirse por la mañana con su Gabinete, Jean-Claude Juncker presentó por la tarde su renuncia ante el gran duque Enrique, al que pidió disolver la Cámara de Diputados y convocar elecciones. Sin embargo, el portavoz gubernamental aclaró a la Prensa que todos los ministros permanecerán en sus cargos hasta la cita con las urnas, que probablemente será el 20 de octubre. Esto incluye a los díscolos socios socialistas, que precipitaron la caída de Juncker por su insistencia en pedirle responsabilidades políticas por un escándalo que incluye escuchas ilegales y malversación de fondos públicos. Pese al revés, el líder conservador se mostró ayer dispuesto a ser de nuevo candidato. «Yo quiero presentarme, pero corresponde a mi partido decidir», señaló al diario «Wort». Un respaldo que el Partido Social Cristiano (CSV) confirmó rápidamente en su página web.
Pese a su renuncia tras 18 años en el Gobierno, lo que convierte a Juncker en el decano de los líderes europeos, pocos creen que esto suponga el final de su carrera política. Como recuerda el diario «Le Qotidien», «si él ha perdido una batalla, no ha perdido aún la guerra, cuyo desenlace se jugará sobre el terreno electoral. Y no resulta seguro que las legislativas anticipadas le supongan un castigo, puesto que mantiene una alta popularidad». El 66% de los luxemburgueses no deseaba que Juncker dimitiera.
El miércoles, durante una maratoniana sesión parlamentaria, el primer ministro, del que dependen los servicios secretos (SREL), negó cualquier responsabilidad en los hechos, aunque reconoció que «nadie está libre de cometer errores». «Y yo los he cometido. Son pequeños errores, pero errores igualmente. He respondido a todas las objeciones que ha presentado el Parlamento. Pero la Cámara no ha respondido a las mías. Así que no hay otra salida que organizar elecciones anticipadas», explicó.
El golpe de gracia de sus socios socialistas dejó a Juncker solo frente a un oposición que reclamaba su cabeza y le acusaba de haber dedicado más tiempo a la política europea –ha presidido hasta enero el Eurogrupo– que a la política doméstica del pequeño ducado de 525.000 habitantes.
El escándalo estalló en diciembre pasado, cuando se supo que el ex jefe de los servicios secretos, Marco Mille, había grabado subrepticiamente en 2008 una conversación con el primer ministro en su despacho oficial, así como una entre éste y el gran duque.
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