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Kavanaugh arranca la campaña republicana

Trump explota la polémica nominación del juez del Supremo como baza para las «midterms»

Donald Trump habla para la Prensa en las puertas de la Casa Blanca
Donald Trump habla para la Prensa en las puertas de la Casa Blancalarazon

Trump explota la polémica nominación del juez del Supremo como baza para las «midterms».

Brett Kavanaugh da el último paso de su largo y polémico recorrido hacia el Tribunal Supremo, jurando su cargo al presidente Donald Trump en la Casa Blanca, quien le había mostrado su apoyo incondicional como candidato y ahora ya miembro vitalicio de la Corte. Una arriesgada decisión que sigue obligando a Trump a apagar incendios para justificar su nombramiento. «En EE UU no sacrificamos individuos en el altar de la culpa colectiva», aseguraba la Casa Blanca en un comunicado emitido horas antes del juramento. Y es que la mecha sigue encendida a lo largo y ancho del país. «Contra el juez estaban los académicos, la totalidad de los medios, Hollywood y el Partido Demócrata institucional. Le tiraron todo lo que tenían», denunciaba en el escrito oficial.

Lo cierto es que Trump arriesgó, mostrando su apoyo categórico al juez conservador acusado de abusos sexuales, y ganó.

Un nuevo triunfo que puede ser decisivo para el presidente de cara a las elecciones de noviembre y a su propia reelección en 2020. De hecho, el primer mensaje de Trump tras el nombramiento de Kavanaugh como juez de la más alta instancia judicial fue en clave electoral: «Los demócratas se han vuelto EXTREMOS y MUY PELIGROSOS para gobernar. Los republicanos creen en el Estado de Derecho... ¡VOTA REPUBLICANO!», anunció en su Twitter.

Tanto Trump como los republicanos salen, por ahora, victoriosos de una ajustada batalla que mantiene al país más dividido que nunca. Los demócratas manifestaron su rechazo al proceso de elección de Kavanaugh, forzando una «breve e incompleta» investigación del FBI. Pero ni las denuncias de la profesora Christine Blasey Ford y de dos supuestas víctimas más, ni tampoco la posterior oleada de protestas liderada por colectivos contra este tipo de abusos (coincidiendo con el primer aniversario del movimiento #MeToo), fueron suficientes para interrumpir el proceso de nominación y posterior ratificación histórica del candidato de Trump.

Los intereses políticos primaron en el recorrido de Kavanaugh al Supremo, convirtiéndose en mucho más que un juicio paralelo político, mediático y social en la capital del país. «La presunción de inocencia y la insistencia en corroborar la evidencia son partes integrales de nuestro sistema», justificó la Casa Blanca.

El nombramiento del conservador Kavanaugh, a quien las encuestas le otorgan el rechazo de más de la mitad de la población, siembra una gran incertidumbre sobre el Tribunal Supremo y su imparcialidad en la toma de decisiones determinantes para el futuro del país. La corte cuenta con un total de cinco miembros considerados también conservadores y otros cuatro progresistas. El nuevo juez sustituye a otro conservador que se jubila, aunque mucho más moderado: Anthony Kennedy, cuyo voto resultó decisivo, por ejemplo, para legalizar en 2015 el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país. El fin de la segregación racial de las escuelas públicas en 1954 o la despenalización del aborto en 1973, son otras de las decisiones del Supremo que han marcado un antes y un después en la sociedad estadounidense. Las decisiones sobre los aspectos más relevantes de la democracia de EE UU se toman en la Corte Suprema.