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La batalla campal en Bangkok deja al menos 55 hospitalizados por gas lacrimógeno

Al menos 55 personas han tenido que ser atendidas por los servicios médicos, según apunta hoy el Centro Erawan para emergencias médicas, a consecuencia del lanzamiento de gas lacrimógeno durante los enfrentamientos entre la Policía y manifestantes antigubernamentales en Bangkok.

Los heridos fueron admitidos en cinco hospitales de la capital tailandesa, según el último informe del centro que recolectó datos hasta la noche de ayer.

Los enfrentamientos se reprodujeron hoy con nuevos lanzamientos de gases por parte de la Policía, que en esta jornada las autoridades utilizaron compuestos más potentes y han logrado forzar a los alborotadores a retroceder en su intento por asaltar varios edificios gubernamentales.

Residentes y locales de comida callejera que se encuentran a unas calles del lugar de los incidentes también han tenido que ser evacuados debido a la intensidad de los gases lacrimógenos, reporta la cadena local "PBS".

Ambulancias y equipos médicos se desplazaron a la zona para tratar a los posibles heridos y dar consejos sobre cómo manejar la situación si las personas son afectadas por el gas, indica la fuente.

Los antigubernamentales intentan retirar las barricadas de cemento colocadas por las autoridades para acceder a la Casa del Gobierno y la sede de la Policía Metropolitana, fuertemente custodiadas por unos 2.000 policías antidisturbios.

Durante la jornada del domingo, miles de manifestantes causaron el caos estos mismo lugares del centro de Bangkok enfrentándose a los agentes con el lanzamiento de piedras, botellas y explosivos caseros, según la Policía, quien trató de dispersar los tumultos con gases, chorros de agua mezclada con químicos y disparo de pelotas de goma.

Numerosas escuelas y universidades de la capital han sido cerradas por razones de seguridad, según apuntan las autoridades, quienes ayer recomendaron a los residentes de la metrópoli que permanecieran en casa la noche del domingo al lunes.

El líder de las protestas, el ex viceprimer ministro Suthep Thaugsuban, instó a la población a la "desobediencia civil"y "huelga general"para derrocar al Gobierno "corrupto e ilegítimo"y lo que denomina el "régimen"de Thaksin, el hermano de la primera ministra al que acusa de dirigir el país desde el exilio.

Suthep pretende destronar al actual Gobierno electo y sustituirlo por un "consejo de personas", en el cual el no formaría parte.

El líder antigubernamental y la primera ministro, Yingluck Shinawatra, se reunieron ayer a instancias del Ejército para tratar de solucionar los incidentes que están paralizando la Administración tailandesa.

"No habrá negociación, esto terminará en los próximos dos días con la victoria del pueblo", declaró Suther en un discurso a sus seguidores.

Al menos cinco personas murieron y medio centenar resultaron heridas en los enfrentamientos entre seguidores y detractores del Ejecutivo ocurridos el sábado en torno a la Universidad de Ramkhamhaeng y el estado Rajamangala, situados en la parte noroeste de la capital.

Tailandia arrastra una grave crisis política desde el golpe militar incruento que en 2006 derrocó al Gobierno de Thaksin Shinawatra, hermano mayor de la actual primera ministra, Yingluck Shinawatra.

Thaksin y su hermana cuentan con gran respaldo entre las clases bajas y las áreas rurales del noreste, mientras que gran parte de sus opositores proceden de las clases medias y altas urbanas y de sectores cercanos al Ejército y la monarquía.