Internacional

La Comisión Europea suspende a Macedonia por la corrupción generalizada y el deterioro de la libertad de prensa

Mnifestación de opositores al gobierno de Gruevski
Mnifestación de opositores al gobierno de Gruevskilarazon

Bruselas exige el cumplimiento del acuerdo que pone fin a meses de crisis política antes de recomendar el inicio de las negociaciones de adhesión con Skopje

Como temía la clase política macedonia, la Comisión Europea llamó ayer la atención severamente al país balcánico por el deterioro de los principios democráticos y la libertad de prensa. En su informe anual sobre la evolución de los países candidatos a la UE, Bruselas no ahorra críticas a la situación política que se vive desde hace meses en Skopje, la más grave desde la firma de los acuerdos de paz de Ohrid de 2001.

Concretamente, el texto alude a las acusaciones de espionaje telefónico vertidas a comienzos de año por la oposición socialdemócrata contra el partido conservador del primer ministro, Nikola Gruevski. Unos hechos que “sugieren la violación de derechos fundamentales, la interferencia en la independencia del sistema judicial, la libertad de prensa y la limpieza electoral, así como la corrupción”.

El hecho de que la corrupción esté extendida lo demuestra el polémico proyecto Skopje 20014, una iniciativa urbanística puesta en marcha por las autoridades para engalanar el centro de la ciudad y animar el nacionalismo patrio con decenas de estatuas. El presupuesto inicial de 80 millones de euros, se elevó a 200 millones en 2013 y terminó disparándose hasta los 628 millones sin razón oficial alguna. En opinión de Jasmina Golubovska, del Comité Helsinki para los Derechos Humanos, “el Gobierno se ha gastado más de 600 millones de euros en edificios mientras la gente vive en la pobreza”.

La incapacidad de los partidos para superar la crisis política iniciada tras las elecciones de abril de 2014, cuando la oposición decidió abandonar el Parlamento tras denunciar fraude electoral, obligaron en junio a la UE a mediar para arrancar a las partes un compromiso. Así, los cuatro partidos más importantes del país acordaron formar un Gobierno técnico en el que participarán los socialdemócratas, que se harán cargo del Ministerio del Interior para garantizar la limpieza de las elecciones, adelantadas al 24 de abril. Asimismo, Gruevski debe dimitir como primer ministro 90 días antes de las elecciones y se nombrará a un fiscal especial para investigar el escándalo de las escuchas.

La Comisión Europea condiciona su recomendación al Consejo para abrir las negociaciones de adhesión con Macedonia, candidato a la UE desde 2005, al cumplimiento de este difícil rompecabezas político, que está siendo completado estos días por el Parlamento de Skopje. Hasta ahora, Atenas ha bloqueado cualquier decisión favorable por el conflicto que la enfrenta a Skopoje por la denominación de la antigua república yugoslava con el nombre de la región griega de Macedonia.

Asimismo, Bruselas advierte de las frágiles relaciones interétnicas entre la mayoritaria población eslava y la minoría albanesa, que representa el 25% de los dos millones de habitantes de la ex república yugoslava. Y es que aún rodean las dudas a la operación antiterrorista lanzada por las Fuerzas de Seguridad en Kumanovo, localidad del norte fronteriza con Serbia, en la que murieron ocho policías y diez albaneses, que se disponían, según las autoridades a cometer un inminente atentado. Sin embargo, algunas voces ven en estos hechos un intento del Gobierno por lanzar una cortina de humo sobre la crisis política interna. Es el caso del periodista y analista Sasho Ordanoski, que considera que “hay cada vez más pruebas de que de algún modo el servicio secreto macedonio o elementos del servicio secreto se encargaron de organizarlo todo para que pasara”. “El Ejecutivo está bajo mucha presión por sus práctica ilegales, y quieren que el asunto deje de tener interés y se debata en su lugar sobre las relaciones étnicas”, explica. “Creemos que las tensiones étnicas se sacan a propósito en los medios. Así la gente no ve la privación económica, la inseguridad social y sanitara, la inseguridad de la gente en general”, añade Golubovska.