Política

Catástrofe en Asia

«La gente deambula como zombies en busca de comida»

Una familia filipina observa el estado en el que ha quedado su casa tras el paso del tifón «Yolanda», en la ciudad de Tacloban
Una familia filipina observa el estado en el que ha quedado su casa tras el paso del tifón «Yolanda», en la ciudad de Taclobanlarazon

El testimonio de la estudiante de Medicina Jenny Chu, recogido por la agencia Reuters, ha dado la vuelta al mundo: «Las personas deambulan como zombies buscando comida. Es como una película». Pocas imágenes tan concisas para describir lo que está viviendo la población de Leyte, la zona más castigada por el tifón «Yolanda» en Filipinas. El paisaje devastado por obra y gracia de la naturaleza ha sido rematado por la acción del hombre. «La gente se está volviendo violenta. Me temo que en una semana se matarán por hambre», decía ayer el profesor de instituto Andrew Pomeda a la agencia francesa Afp. Muy lejos del infierno de este país asiático, Grace Velonero, una empleada del hogar filipina en Madrid, suspira de alivio tras saber que su familia está bien. Grace llegó a España hace seis años. Dejó atrás a sus padres y a sus dos hijos, que hoy tienen 20 y 17 años y que viven en la provincia de Iloilo, que las autoridades han declarado zona catastrófica: «He podido hablar con ellos y están bien. Ellos me han dicho que mis padres también se encuentran a salvo, pero ha sido horrible. En Filipinas lo llaman el rey de los tifones. Yo soy muy creyente y sé que ha sido Dios el que ha salvado a mi gente de morir». Su amiga Janet Nesle –que también vive como expatriada en Madrid– no tiene motivos para sentir alivio. «No he podido contactar con mi familia y rezo a cada momento para que estén bien y para que sus casas sigan en pie». Melany García, una filipina que trabaja como camarera en Barcelona, tampoco ha podido contactar con sus seres queridos –que viven en una isla en el sur del país– pero sabe que todos están a salvo. «Me alegro de no estar ahora allí. Las noticias que llegan son terribles, estamos horrorizados con lo que ha pasado. Ha sido el tifón más peligroso que hemos tenido en el país y nadie sabe la magnitud de la tragedia».

El Gobierno del presidente filipino Beningno Aquino está considerando declarar el toque de queda en la ciudad de Tacloban para evitar nuevos episodios de pillaje, y ha enviado un efectivo de 300 soldados para mantener el orden.

En medio de la destrucción, el teniente Fermin Carangan dio muestras de un testimonio de arrojo y valentía al explicar a la agencia Reuters que después de estar cinco horas agarrado a un cocotero al lado de un niño, ambos lograron nadar hasta la orilla y salvar sus vidas después de ver cómo el viento se llevaba uno a uno a sus hombres. «Creo que el niño me salvó porque en él encontré la fuerza para poder sobrevivir».