Guerra en Ucrania
La guerra vuelve a Ucrania
Decenas de muertos y heridos, y grandes daños en infraestructuras es el balance de la reciente escalada del conflicto en el este de Ucrania que se reavivó a finales de enero. Según las autoridades ucranianas, debido a los ataques de los rebeldes prorrusos en la localidad de Avdeyevka, en la línea de separación entre las partes del conflicto y controlada por el Gobierno de Kiev, han perdido la vida cerca de una veintena de uniformados y otros 70 resultaron heridos. Mientras, los separatistas de Donetsk elevan esta cifra a más 230 soldados ucranianos muertos y más de 450 heridos.
Durante esta semana las hostilidades en el este de Ucrania fueron discutidas en una reunión convocada de urgencia por el Consejo de Seguridad de la ONU, que manifestó su preocupación por el alarmante deterioro de la situación y llamó a una vuelta inmediata al alto el fuego. Por su parte, la nueva embajadora estadounidense en Naciones Unidas, Nikki Haley, arremetió contra Rusia, a la que acusó de «acciones agresivas» en Ucrania. La diplomática abogó por una plena implementación de los acuerdos de paz de Minsk de febrero de 2015 y aseguró que las sanciones impuestas a Moscú por la ocupación de Crimea se mantendrán hasta que Rusia devuelva el control de la península a Ucrania.
Este tema también lo abordaron este fin de semana los presidentes de EE UU y Ucrania, Petro Poroshenko, durante su primera conversación tras la investidura de Donald Trump. Durante la llamada telefónica que duró alrededor de una hora, el mandatario estadounidense se comprometió a trabajar para «restaurar la paz» en la frontera ruso-ucraniana, informó la Casa Blanca. Ambos presidentes acordaron, además, concretar un encuentro «en el futuro próximo».
Desde la presidencia ucraniana agregaron que Trump y Poroshenko «expresaron su fuerte preocupación por la escalada de tensión y el agravamiento de la situación humanitaria en Avdeyevka y destacaron la necesidad de restablecer el régimen de alto el fuego» en la zona. Según escribió en Facebook el portavoz del líder ucraniano, Sviatoslav Tsegolko, los presidentes también discutieron asuntos relacionados con «el fortalecimiento de la cooperación estratégica entre Ucrania y Estados Unidos». Tsegolko añadió que el presidente ucraniano agradeció a su homólogo norteamericano «por el firme apoyo a la soberanía y la integridad territorial de Ucrania», así como «se pronunció a favor de impulsar el diálogo a todos los niveles con la nueva Administración estadounidense».
Desde el inicio de la escalada en el este de Ucrania, Moscú ha insistido en que la culpa de la misma recae sobre las fuerzas de Kiev. Las razones de este brote de violencia son varias y las enumeró la semana pasada el presidente ruso, Vladimir Putin. «El Gobierno ucraniano necesita dinero y la mejor forma de conseguirlo» en Occidente es «haciéndose pasar por víctima de una agresión», señaló Putin, que acusó a Kiev de no querer cumplir los acuerdos de paz de Minsk y buscar «una excusa» para evitarlo. También mencionó el deseo de Kiev de arreglarse con Trump tras no apoyarle en las elecciones y su intención de desviar la atención del pueblo ucraniano de los problemas económicos y sociales en el país.
En este último motivo ayer insistió también la portavoz del Ministerio de Asuntos de Rusia, Maria Zajarova. El Gobierno de Kiev puede «mantenerse a flote» solo a través de «provocaciones militares» porque para hacerlo con reformas «hay que implementarlas primero» y, para hacerlo con logros, «hay que tenerlos», explicó la portavoz.
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