Política

Elecciones en Grecia

La UE cierra filas para alejar el fantasma del «Grexit»

La UE cierra filas para alejar el fantasma del «Grexit»
La UE cierra filas para alejar el fantasma del «Grexit»larazon

La posible salida de Grecia de la zona euro ha vuelto a saltar al debate europeo, pero desde Bruselas se ha querido zanjar con celeridad. La posición de la Comisión Europea es mantener a todos sus socios dentro de la moneda única y más aún después de que se haya sumado recientemente Lituania como nuevo miembro. Como muestra de fortaleza, los principales partidos europeos tampoco dudaron en respaldar esta postura para alejar el fantasma del «Grexit».

Aunque la Comisión no quiso reaccionar a las especulaciones llegadas desde Alemania que consideraban viable una salida de Atenas de la eurozona, Bruselas marcaba una puntualización tajante: «Convertirse en miembro de la eurozona es irrevocable», señalaba el portavoz del Ejecutivo comunitario, Margaritis Schinas, trayendo a la memoria el tercer párrafo del artículo 140 del Tratado. El mensaje comunitario seguía así la línea de siempre. La moneda única ha venido para quedarse porque es una moneda fuerte y «ha demostrado su resistencia». La entrada del decimonoveno miembro el pasado 1 de enero en el euro ayuda a mantener una postura oficial basada en el crecimiento y la expansión más que en los abandonos. Así lo expresaba la portavoz de Asuntos Económicos de la Comisión, Annika Breidthardt, en rueda de prensa.

A este mensaje se han sumado la mayoría de los grupos parlamentarios europeos. Socialistas, liberales y verdes han comunicado una postura contraria al resurgir del «Grexit», además de considerar irresponsable el debate sobre la salida de Atenas. El portavoz de los socialistas en el Parlamento Europeo, Gianni Pittella, reconocía que hablar de una hipotética salida de Atenas de la eurozona «no es una opción», porque podría establecerse un efecto de contagio «muy peligroso». «El intento de las fuerzas de derecha de Alemania de actuar de ‘sheriff’ en Grecia o cualquier otro Estado miembro no sólo es inaceptable sino sobre todo erróneo. Estas actitudes sólo pueden producir sentimientos de enfado y rechazo hacia la UE entre los ciudadanos europeos», señalaba Pitella. Por su parte, el líder del grupo liberal ALDE, Guy Verhofstadt, destacó el coste que podría tener para Europa el escenario de dejar a Grecia marchar. Concretamente, ha cifrado en 80.000 millones de euros la cantidad que podría perder Alemania de los «miles de millones que costaría que Grecia volviera al dracma».

En cuanto al grupo de Izquierda Unitaria en la Eurocámara (GUE/NGL) –al que pertenece el partido Syriza, favorito para ganar las elecciones– ha pedido a Europa neutralidad ante las inminentes elecciones griegas. «Europa no tiene nada que decir. Cualquier intervención que trate de intimidar a los ciudadanos griegos va contra los principios democráticos básicos. El pueblo griego debe ser el que determine su propio futuro político y a sus líderes, y su decisión debe ser respetada», señaló el grupo, que también ha aprovechado para lanzar un mensaje de apoyo y defensa de Syriza; «Una victoria de Syriza en las elecciones generales griegas enviará un mensaje importante de que la era de austeridad del actual Gobierno griego se ha acabado».

En Alemania, las autoridades de Berlín ni confirman ni desmienten. Un día después de que la revista «Der Spiegel» revelase que la canciller Angela Merkel y su Ejecutivo contemplan la salida de Grecia del euro en caso de que Syriza llegase al poder el 25 de enero, el Gobierno federal prefirió mantenerse ayer al margen y no pronunciarse directamente.

En su comparecencia de los lunes, el portavoz del Gabinete, Steffen Seibert, negó que Berlín haya cambiado de postura respecto a Atenas: rechazó hacer comentarios sobre «situaciones hipotéticas» y aseguró que ésa es «la postura de todo el Gobierno» federal. Seibert aseguró que el cometido de la UE era y sigue siendo «estabilizar y fortalecer la eurozona como un todo, con Grecia incluida» y «hacerla atractiva» a posibles futuros miembros. «Los socios europeos han ofrecido su ayuda a muy largo plazo», señaló el portavoz, al tiempo que subrayó que el compromiso de Grecia de emprender reformas fue asumido por ese país a largo plazo, «más allá de la actual legislatura».

Similar mensaje se lanzó desde el Ministerio germano de Finanzas, donde, a través de una portavoz, se expresó su confianza en que «Grecia cumplirá con sus compromisos». Más explícito fue, sin embargo, el vicecanciller alemán y ministro de Economía, Sigmar Gabriel, que en una entrevista publicada por el periódico «Hannoversche Allgemeine Zeitung» aseguró que el objetivo de Berlín, de la UE y del propio Ejecutivo de Atenas es «mantener a Grecia en la eurozona». El vicecanciller, que asegura que ni ha habido ni hay otros planes, subraya que la zona euro es ahora más estable y tiene mayor capacidad de resistencia que hace unos pocos años, y por ello sostiene que no se le puede «chantajear».

La Prensa alemana, no obstante, se mantiene más imparcial y continúa quitando hierro a la posibilidad de una salida del país heleno de la eurozona, ya que, según argumentan, una mayoría de rotativos, el daño sería probablemente menor al de hace un par de años.

En esta línea destaca el sensacionalista «Bild», que en su editorial de ayer anima al Gobierno de Merkel a forzar la salida de Grecia de la eurozona si Syriza gana los comicios. «Si los radicales de izquierda se imponen en las elecciones de finales de enero y suspenden los compromisos europeos, el Gobierno alemán deberá sacar la tarjeta roja», escribió el analista Jan Schäfer. Unas palabras con las que este periódico, el más vendido de Alemania, continúa su cruzada contra Grecia, que, en el momento más álgido de la crisis, le llevó a recomendar desde sus páginas al Gobierno heleno que vendiera sus islas para pagar deudas.