Letta traslada al Parlamento el órdago de «Il Cavaliere»

El primer ministro italiano, Enrico Letta, probablemente habría preferido quedarse unos días más en Nueva York, donde participó en la Asamblea General de Naciones Unidas, para librarse del cuadro político de pesadilla que se encontró ayer al volver a su país.

En una jornada frenética repleta de reuniones entre los protagonistas del poder, Letta decidió llevar al Parlamento el órdago que le echó el miércoles Silvio Berlusconi, su socio en la coalición de Gobierno, al amenazar con la dimisión de sus parlamentarios en caso de que le retiren su escaño en el Senado debido a la condena en el «caso Mediaset» por un delito de evasión fiscal.

La idea del jefe del Ejecutivo es convocar una moción de confianza en el Parlamento para que «Il Cavaliere» aclare de una vez su posición de forma pública. La votación debería celebrarse a principios de la próxima semana, en cualquier caso antes del viernes, cuando la comisión de la Cámara Alta tiene previsto tomar una decisión sobre la inhabilitación del magnate. Ésta habría sido la respuesta a la amenaza de Berlusconi que Letta acordó ayer con el presidende de la República, Giorgio Napolitano, en la reunión que ambos mantuvieron en el Palacio del Quirinal.

Salvo sorpresa, lo previsible es que el Ejecutivo supere la moción de confianza, pues a Berlusconi le interesa más estar dentro que fuera del poder. Además, la caída del Gobierno no tendría por qué significar la convocatoria de nuevas elecciones, pues Napolitano contempla esta opción como última alternativa. Trataría primero de formar un nuevo gabinete, llamado a sobrevivir el tiempo justo para aprobar los Presupuestos del año próximo y para cambiar la ley electoral, culpable de buena parte de los problemas políticos italianos. Renato Brunetta, uno de los dirigentes del Pueblo de la Libertad (PDL), la formación de «Il Cavaliere», aseguraba que la votación de confianza sería superada «sin ningún problema» por el Gobierno. En la misma línea se expresaba otro de los «coroneles» del PDL, Fabrizio Cichitto, quien garantizaba que los ministros de su partido no iban a dimitir. Pese a estas declaraciones tranquilizadores del centro derecha, que contrastan con las amenazas más directas de algunos de sus compañeros, el PDL parece dispuesto a seguir aumentando la presión al Ejecutivo.

La próxima demostración pública tendrá lugar el próximo viernes, cuando tiene previsto celebrar una manifestación multitudinaria en Roma en apoyo a Berlusconi. La convocatoria coincidirá con el momento en que la comisión del Senado vote sobre la retirada de su escaño.

ierno sirio parece querer disipar cualquier duda sobre su intención de destruir su armamento químico y ha empezado a colaborar enviando información «inicial» sobre su arsenal químico a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). Así lo anunció ayer este organismo internacional con sede en La Haya, cuya secretaría técnica ya estudia la documentación. Tras haber cumplido con los requisitos iniciales quedará por ver cómo se van a gestionar las condiciones para la entrega de las armas químicas sirias. Será este organismo internacional el que detalle el programa para la destrucción del arsenal sirio, en base al acuerdo alcanzado entre Rusia y Estados Unidos. El plan estipula que, una vez que Naciones Unidas apruebe la propuesta conjunta, los inspectores de la ONU regresarán a Siria no más tarde de noviembre, donde tendrían acceso, sin ningún tipo de restricciones por parte de las autoridades sirias, a los arsenales químicos. La iniciativa incluye además un calendario de recogida del material hasta mediados de 2014, que será la fecha límite para que el régimen sirio haya entregado la totalidad de sus arsenales.

La OPAQ (Siria se convertirá oficialmente el 4 de octubre en el miembro permanente 190) había organizado una reunión mañana para abordar la situación en el país, pero tras recibir la información decidió posponer el encuentro para que los 41 estados que componen su consejo ejecutivo puedan analizarla, informa Efe. El texto que redacte la OPAQ servirá de base para una resolución al respecto del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Ahora, después de que Damasco haya entrado en el juego diplomático, varias potencias aliadas se disputan el liderazgo de la mediación, un papel relevante a nivel internacional. Moscú tuvo un protagonismo especial a la hora de frenar una intervención internacional en Siria, al conseguir el compromiso de Bachar al Asad de entregar sus armas de destrucción masiva. Ahora, el presidente iraní, Ahmad Rohani, ha propuesto a su Gobierno como mediador entre el régimen sirio y la oposición de cara a la celebración de la conferencia de Ginebra II.

«Anuncio la voluntad de mi Gobierno de ayudar a facilitar el diálogo entre el Gobierno de Siria y la oposición», proclamó ayer Rohani en una editorial publicado en «The Washington Post».

«Debemos unir nuestras manos para trabajar de forma constructiva hacia un diálogo nacional, sea en Siria o en Bahréin. Debemos crear una atmósfera en la que los pueblos de la región puedan decidir sus propios destinos», subrayó el mandatario iraní, que no