La Habana
Los Castro tutelan la Venezuela de Maduro
El líder bolivariano refuerza el nexo con Cuba ante las fisuras del chavismo
El hijo pródigo vuelve a casa. El presidente venezolano, Nicolás Maduro, huérfano tras la muerte de Hugo Chávez, regresa a Cuba para buscar consuelo en los brazos de su abuelo revolucionario, Fidel Castro. Cariño y doctrina es lo que el bolivariano recibe en la isla. Maduro dijo en su cuenta personal de Twitter que viajó a La Habana para visitar a Castro y celebrar el aniversario de la creación del eje bolivariano (ALBA) que constituyó hace nueve años con el fallecido Hugo Chávez. El mandatario venezolano también recordó el primer encuentro que tuvo Chávez con Castro en La Habana en 1994. El ex sindicalista dijo que, durante la reunión, Castro «habló largamente recordando a Chávez», quien murió en marzo pasado tras combatir durante dos años un cáncer pélvico. En un encuentro de 1994, el amor entre Chávez y Fidel surgió a primera vista. El comandante comunista encontró en el dirigente bolivariano su sucesor en Iberoamérica y Chávez, por su parte, a un estratega político cuyos consejos le allanaron el camino en más de una ocasión. En esta reunión, fraguaron un acuerdo de supuestos beneficios mutuos, Cuba recibió petróleo y Venezuela, médicos y maestros para las misiones sociales.
Para retratar el momento, Maduro difundió en su cuenta de la red social Twitter dos fotografías de la reunión con Castro donde se ve al ex gobernante revisando un mapa del héroe venezolano Antonio José de Sucre, según se señala en uno de los mensajes. Fidel Castro, de 87 años y retirado del poder desde 2006, reapareció la semana pasada en los medios oficiales tras meses de silencio. El 16 de diciembre, los periódicos cubanos publicaron una fotografía del líder de la revolución con el periodista español Ignacio Ramonet durante una reunión que sostuvieron en La Habana tres días antes.
No fue casualidad que Maduro eligiera Cuba como primer destino tras resultar elegido el 14 de abril por estrecho margen en unos comicios impugnados por la oposición. El ex canciller venezolano siempre fue el favorito de los Castro para suceder a Chávez, conscientes de la devoción y lealtad que le procesaba. Además, Fidel y Raúl sabían que con Maduro la subsistencia del régimen estaba asegurada, por lo menos por un tiempo.
De hecho, lo primero que el ex sindicalista hizo al tomar el poder fue fortalecer la alianza estratégica binacional. En el marco de ese amplio convenio, Venezuela suministra a Cuba unos 100.000 barriles diarios de petróleo a precios preferenciales y la isla abona con el envío de decenas de miles de médicos, entrenadores deportivos, educadores y otros asesores para los abundantes programas sociales con los que el chavismo practica el voto cautivo. Un acuerdo que, en todo caso, data de 1999. Además, miembros del servicio de inteligencia cubano están infiltrados en las filas del Ejército venezolano, algo que no sienta nada bien a los altos mandos de las Fuerzas Armadas bolivarianas. Maduro, que recibió parte de su entrenamiento en la isla, tras largos y numerosos viajes patrocinados por Chávez, sigue la pauta marcada por el régimen cubano. De los Castro surgió la idea de la Ley Habilitante, con la que el presidente venezolano gobernará a golpe de decreto durante el año que viene, y otras iniciativas de corte autoritario.
Maduro cultiva su relación con los Castro para reforzarse de cara a las grandes fisuras que presenta el chavismo en Venezuela. No se descarta que el actual presidente sea apartado por alguno de los «halcones» del Gobierno, como el presidente de la Asamblea Nacional y con el que se batió la sucesión, Diosdado Cabello, el candidato del Ejército. El estamento militar es el más disconforme con esa alianza Venezuela-Cuba, pues ve con recelo cómo los cubanos ejercen cada vez más influencia en las decisiones políticas.
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