Política

Ataque yihadista en Francia

Los Kouachi y Coulibaly contactaron a través de una página pedófila

Los terroristas se enviaban mensajes por medio de una web pornográfica para despistar a la Policía francesa

Mujeres y niños paquistaníes rinden homenaje a los terroristas del atentado contra el «Charlie Hebdo»
Mujeres y niños paquistaníes rinden homenaje a los terroristas del atentado contra el «Charlie Hebdo»larazon

En 2010, la Policía descubrió material pedófilo en los ordenadores de Cherif Kouachi y Amedy Coulibaly, dos de los terroristas que atentaron en París el 7 y 9 de enero. La noticia la ha revelado la revista «Le Canard Enchainé». «Seguro que al profeta no le hará gracia si algún día se topa con las fotos inmundas que Cherif Kouachi tenía en 2010 en su ordenador», comenta el semanario satírico bajo el título «Un creyente no muy halal». Lo que no dice «Le Canard Enchainé» es que estas imágenes podrían haber servido simplemente de cobertura para ocultar intercambio de información y evitar ser detectados por los servicios de información.

En efecto, la Policía francesa registró en su día las casas de Cherif Kouachi y Amedy Coulibaly, sospechosos de participar en un intento de evasión de varios detenidos, entre ellos el terrorista argelino Smain Ait Ali Belkacem, encarcelado en la prisión de Clairvaux. Los hombres de la Subdirección Antiterrorista (SDAT) detectaron cinco fotos de carácter pedófilo en el ordenador de Amedy Coulibaly, autor de los atentados contra una policía municipal en Montrouge y contra el supermercado kosher. Mientras que en el de Cherif Kouachi, coautor del atentado contra el semanario satírico «Charlie Hebdo», recuperaron otras 37 imágenes con el mismo tipo de contenido sexual, que su propietario había intentado borrar.

El juez de París que instruía el intento de evasión pensó que esas imágenes no tenían nada que ver con su «dossier» sobre un asunto relacionado con el terrorismo, y la Fiscalía pasó la copia del proceso verbal a Nanterre, de donde dependía Kouachi, pero no se abrió una investigación. Ahora, como comenta «L’Obs», la Policía se pregunta si aquellas imágenes de contenido pornográfico que encontraron en los ordenadores de los dos terroristas, en realidad estaban en el ordenador porque los dos hombres se servían de páginas de internet de contenido pornográfico para poder dejarse mensajes de forma discreta.

David Barrancos, analista internacional de THIBER, asegura que el Estado Islámico (EI) sabe cómo burlar a las autoridades y utiliza internet para ello. El experto recuerda cómo los yihadistas usaban un vídeojuego tipo «World of Warcrafts» para mandarse mensajes en el chat interno. «Ahí no se miraba. De repente había un orco y un paladín en el juego hablando en código sobre yihad hasta que las autoridades se dieron cuenta». También incluían «mensajes clave enviados dentro de correos spam, así los rastreadores se los saltaban. Es decir, había una pequeña frase del EI dentro de un correo no deseado sobre píldoras de viagra».

Sin esperar a desenterrar ese «dossier», la Policía de la SDAT y de la dirección central de la Policía Judicial sigue tras la pista del coche de Amedy Coulibaly, un Austin Mini de color negro que compró en el mes de septiembre, y que habría servido al terrorista como moneda de cambio para pagar las armas con las que cometió los atentados. Los investigadores han localizado el concesionario que le vendió el vehículo, que está situado en Burdeos. Coulibaly acudió a comprarlo en compañía de su mujer, Hayat Boumeddiene, que hoy se encontraría en Siria. Según «Le Parisien», compró este coche de alta gama en parte directamente con dinero, y en parte con un crédito al consumo.

En cuanto a los doce detenidos la semana pasada del entorno de los hermanos Kouachi y Amedy Coulibaly, nueve siguen todavía en dependencias policiales. Ninguno parece tener el perfil de terrorista. Según el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, se trata de personas conocidas por la Policía por delitos de derecho común. Las personas arrestadas en un principio fueron ocho hombres de entre 22 y 46 años, y cuatro mujeres, las esposas de cuatro de los detenidos, y que tienen entre 19 y 47 años. De éstas, tres fueron puestas en libertad este fin de semana, mientras que el resto ha visto prolongada su detención 48 horas suplementarias, por lo que la detención provisional podría durar hasta mañana. La Policía busca saber qué papel han podido tener en el apoyo logístico que necesariamente tuvieron los tres terroristas abatidos el 9 de enero para poder llevar a cabo los tres atentados, especialmente las armas y los vehículos que utilizó Amedy Coulibaly: un Renault Megane con el que fue a la Porte de Vincennes, y una moto Suzuki, cuyas llaves llevaba encima cuando fue abatido.

Entre los detenidos se encuentran unos amigos de Coulibaly, de la localidad de Grigny; parte de los que le acompañaron a comprar el Renault Megane a una pareja del Oise que ha señalado a la Policía que eran cuatro; el propietario de la Suzuki; y un delincuente cuya huella digital encontró la Policía en uno de los guantes que usó Coulibaly durante la carnicería en el supermercado de Vincennes, y en varias de las armas que las Fuerzas de Seguridad encontraron en el escondite que el terrorista había alquilado en Gentilly.

Enterrados en tumbas anónimas para evitar la peregrinación

Said Kouachi fue enterrado de forma secreta en Reims. Su entierro en una tumba anónima busca impedir que el sitio se convierta en un lugar de peregrinación para los fanáticos. Las exequias tuvieron lugar en la noche del viernes, en un cementerio cuyo nombre no se ha comunicado, en presencia de algunos miembros de la familia y bajo vigilancia policial. El alcalde de la localidad, el conservador Arnaud Robinet, se había opuesto a que su ciudad albergara el cuerpo del terrorista ante el miedo de que su sepulcro se convierta en un lugar de culto. Sin embargo, la Alcaldía de Reims ha tenido que acatar la ley funeraria francesa y dar sepultura al mayor de los hermanos Kouachi, que residía en esa localidad. Su hermano menor, Chérif Kouachi, también fue enterrado de forma anónima en Gennevilliers, al norte de París. Con la misma intención de que su cuerpo no se convirtiera en objeto de culto para los terroristas, las fuerzas de Estados Unidos decidieron lanzar al océano los restos mortales del líder de Al Qaeda, Osama Ben Laden, tras cazarlo en Pakistán en 2011.