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Los policías armados llevarán

La Razón
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La muerte de Mark Duggan sigue dando de qué hablar. Los agentes de Scotland Yard recibieron ayer la orden de estar preparados ante posibles disturbios. Y es que las amenazas de los miembros de la comunidad de Tottenham, a la que pertenecía el joven de origen afrocaribeño, no cesan. El criminal, miembro de una de las bandas más peligrosas de Europa, perdió la vida en agosto de 2011 por los disparos de la Policía, que le perseguían al creer que acababa de recoger un revólver. Su muerte fue el detonante de los disturbios más violentos de las últimas décadas. En apenas una semana hubo más de 3.000 detenciones en todo el país.

Tras una larga investigación, el jurado del Royal Court concluyó el miércoles que la Policía le mató, pero sin que se produjera violación de la ley. Defraudados por el fallo, al grito de no hay justicia no habrá paz, los manifestantes amenazan ahora con volver a salir a la calle.

La familia de la víctima pidió ayer guardar la calma. En un comunicado, su tía Carole señaló que no querían más "disturbios ni más violencia". Recalcó que seguirán luchando para esclarecer las causas de la muerte, aunque matizó que se hará de forma "pacífica".

En una decisión de ocho votos a favor y dos en contra, el jurado del Royal Court of Justice exculpó a los agentes, si bien determinó que la víctima, en ese momento, no portaba un arma. La familia pidió ayer otra investigación a la Comisión Independiente de Quejas contra la Policía (IPCC, en sus siglas en inglés), que deberá determinará si los agentes siguieron los procedimientos adecuados. Aunque el primer ministro David Cameron aceptó su propuesta y lamentó la muerte del joven, dijo que había que respetar el fallo judicial.

Por su parte, el comisario de Scotland Yard, Bernard Hogan-Howe, se reunió ayer con varios líderes de la comunidad del norte de Londres, donde se produjo el suceso, para ver cómo se pueden mejorar las relaciones entre los residentes, entre crecientes tensiones con la comunidad negra. La familia de Duggan decidió no asistir a la cita. En un paso sin precedentes para "promover la transparencia", el comisario anunció que, a partir de ahora, los agentes que vayan armados llevarán cámaras de vídeo a fin de evitar conflictos en casos similares porque no tienen nada que esconder. Pese a estar conforme con el veredicto, Hogan-Howe admitió que "hay que generar más confianza"con la comunidad negra, que se considera maltratada por las fuerzas de seguridad.

Por su parte, Diane Abbott, diputada del multicultural barrio de Hackney, uno de los más afectados por los disturbios de 2011, instó ayer a mejorar las relaciones de la policía con las minorías, incluidos los musulmanes, que se sienten discriminados y desfavorecidos por la ley.