Guerra en Siria
Los rebeldes sirios intensifican sus ataques contra el centro de Damasco
Los rebeldes sirios lanzaron hoy fuertes ataques con proyectiles de mortero contra el corazón de Damasco, donde la situación empeora día a día, lo que ha llevado a la ONU a limitar temporalmente su presencia en la ciudad.
Los obuses impactaron en esta jornada en zonas cruciales de la capital como las proximidades de las sedes de la televisión y del Estado Mayor, así como la Casa de la Ópera y la emblemática plaza de los Omeyas.
Un dirigente de la brigada rebelde Ansar al Islam, una de las más importantes con base en Damasco, Ubada al Aga, dijo a Efe por teléfono que el objetivo eran los edificios de la televisión y del Estado Mayor, pero que también se vio afectada la Ópera debido a su cercanía.
Según la agencia oficial de noticias siria, Sana, los "terroristas", como se refiere a los insurgentes, causaron con estos ataques la muerte de al menos una persona y heridas a siete.
Entre los heridos en las proximidades de la Ópera, que sufrió daños materiales, figura un cámara del canal sirio Al Ijbariya y su asistente.
Los activistas también informaron del estallido de un coche bomba en la zona de Al Halbuni, en el barrio Al Baramika, donde los primeros datos apuntan a la muerte de una persona.
También en la capital se registraron violentos enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales en los barrios de Yubar y Arbin, cercanos a Al Abasiyen.
Al Aga explicó a Efe que estos combates son una táctica de la insurgencia para reducir la represión del régimen sobre la localidad cercana de Dariya.
Respuesta del Ejército
El Ejército sirio ha respondido a estos ataques con bombardeos contra el barrio de Al Qabun y las localidades de Harasta, Duma, Zamalka y Kaferbatna, en las afueras de la ciudad.
El activista de la periferia de Damasco, Qusay al Shami, aseguró a Efe vía internet que los bombardeos causaron la destrucción de numerosas viviendas y fueron perpetrados con tanques y proyectiles de morteros.
Al Shami agregó que la violencia ha forzado el desplazamiento de población de localidades como Dariya y Harasta y que la situación humanitaria es difícil.
A estos sucesos se suma un atentado anoche contra el líder de una conocida facción rebelde Riad al Asaad, que perdió su pie derecho al estallar un artefacto explosivo colocado en el vehículo en el que se desplazaba en la región oriental de Deir al Zur.
Un dirigente rebelde cercano a Al Asaad, Malek Kurdi, atribuyó el atentado al régimen sirio y explicó a Efe por teléfono que el comandante herido está recuperándose en un hospital turco y se encuentra estable.
Al Asaad fue uno de los primeros militares de alto rango en desertar del Ejército sirio desde el comienzo de la rebelión contra el presidente sirio, Bachar al Asad, en marzo de 2011.
Anuncio de la ONU
El recrudecimiento del conflicto ha llevado a la ONU a anunciar hoy que limitará temporalmente su presencia en Damasco y trasladará a la mitad de su personal internacional al extranjero tras un ataque con mortero este fin de semana que provocó daños a su edificio en la capital siria.
"Estas medidas se han tomado exclusivamente por motivos de seguridad. Seguimos comprometidos con el pueblo sirio para encontrar una solución a los problemas que atraviesa el país", anunció hoy ante la prensa el portavoz de la ONU, Martin Nesirky.
El portavoz de la ONU detalló que la mitad de los 100 trabajadores internacionales serán trasladados de forma temporal y que a los 800 empleados locales se les ha solicitado que trabajen desde sus casas.
La decisión afectará al personal de la oficina del representante especial de la ONU y la Liga Árabe, Lajdar Brahimi, aunque la ONU insiste en que mantendrá al personal necesario para que siga operativa su misión de asistencia humanitaria en el interior del país.
Entretanto, la incertidumbre se cierne sobre la oposición siria, tras la dimisión ayer del presidente de la Coalición Nacional Siria (CNFROS), Muaz al Jatib, que ha sido rechazada por la alianza.
Esta decisión llega justo antes del inicio mañana de la cumbre árabe de Doha, en la que los opositores esperan que la Liga Árabe les otorgue la representación de Siria en el organismo, del que fue suspendido el régimen de Al Asad en noviembre de 2011.
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