Guerra

Gaza enfrenta al gobierno de Netanyahu con el Ejército israelí, que defiende lanzar cuanto antes una invasión

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, propone una coalición internacional para combatir a Hamás

La visita a Israel del presidente francés, Emmanuel Macron, se convirtió este martes en la más constructiva de los muchos líderes extranjeros que han pasado por el país durante las dos últimas semanas, después de que, tras apoyar el derecho israelí a defenderse, propuso una alternativa que podría cambiar el conflicto y detener la escalada de violencia. «Francia está dispuesta a que la coalición internacional contra el Estado Islámico, en la que participamos, realice operaciones en Irak y Siria para luchar también contra Hamás», afirmó. Además, hizo hincapié en que es sumamente importante «luchar contra los grupos terroristas y organizar operaciones específicas en consecuencia».

Sin embargo, el jefe del Elíseo también informó que Francia hará «todo lo que esté a su alcance para traer paz, seguridad y estabilidad a Israel y a toda la región. Por supuesto, lo que pasó no será olvidado», indicó, refiriéndose al ataque de Hamás, pero «abogamos por la paz y la estabilidad hoy, mañana y pasado mañana porque estas personas fueron asesinadas simplemente porque eran judíos y querían vivir en paz», aclaró. Asimismo, tras reunirse con el presidente israelí, Isaac Herzog, Macron pidió «no ampliar el conflicto» y aseguró que la liberación de los rehenes es el «primer objetivo», así como que «Israel no está sólo en su lucha contra el terrorismo. Todos tenemos el deber de combatir contra las organizaciones terroristas». Más tarde, Macron se reunió con las familias de las víctimas francesas de los ataques contra los kibutz israelíes, horas después de la liberación de dos rehenes más.

Por otro lado, la conferencia que el jefe de Estado francés dio junto al primer ministro, Benjamin Netanyahu, se centró en la retórica conjunta contra Hamás. En esta, el líder israelí advirtió de que «la guerra podría llevar tiempo», pero se mostró convencido de que «el Ejército israelí destruirá a Hamás. Nadie volverá a vivir bajo su tiranía», insistió. Más aún, Netanyahu se mostró convencido de que todo el mundo «está en peligro si gana Hamás. Debemos lograr una victoria decisiva. La batalla es por el corazón y el alma de Oriente Medio y el mundo árabe», añadió. La respuesta de Macron fue clara y de apoyo al explicar que su país e Israel tienen en el terrorismo «un enemigo común». Uno que «debe combatirse sin piedad, pero con reglas», apostilló, en clara referencia a una posible invasión que resultaría desastrosa para los miles de civiles atrapados en la Franja.

En este sentido, la unidad del Gobierno israelí se ha visto resquebrajada en los últimos días con duras acusaciones entre este y los mandos del Ejército, que aseguran no haber empezado la operación terrestre «por cuestiones políticas», mientras partidos del Parlamento hebreo como el extremista religioso Shas, liderado por Aryeh Deri, refutan que el constante retraso sea culpa de los políticos. «No se puede entrar sin más en cualquier momento. No puedo divulgar todos los detalles, pero no es que el Ejército esté listo y el lado político no le permita», afirmó Deri, que es «un diputado que no es ministro y no tiene experiencia militar y, sin embargo, es uno de los pocos políticos nombrados como observador en el Gabinete de guerra de tres hombres».

Sin embargo, el «Tsahal» asegura que hace días que está listo para entrar en acción. «Hay muchos informes infundados que causan confusión en la sociedad y también entre los soldados», denunció una fuente del Ejército, asegurando que «está listo para entrar, pero esperan que los políticos aprueben la medida», indicando que «para lograr los objetivos de la guerra contra Hamás, establecidos por funcionarios del Gobierno, el Ejército debe comenzar su ofensiva terrestre en la franja de Gaza más temprano que tarde».

Pero no parece que esto vaya a suceder, después de las presiones que Netanyahu está recibiendo tanto de EE UU como de sus socios europeos para posponer la operación y que haya más tiempo para negociar, vía Qatar, la liberación de más rehenes en manos de Hamás y la Yihad Islámica. Según «The Times of Israel», «los militares temen que nuevas liberaciones puedan llevar a los políticos a retrasar una incursión, o, incluso detenerla a mitad de camino. Creen que una invasión podría presionar a Hamás para que libere más personas». Solo la Fuerza Aérea ha llevado a cabo «más de 10.000 ataques» desde que empezó el conflicto.